El área, protegida como reserva arqueológica, guarda restos humanos prehispánicos de más de 2.000 años y enfrenta el desafío de su preservación frente al uso informal del territorio.
El milenario cementerio indígena que descansa en Mendoza
A unos 40 kilómetros del Gran Mendoza. en el distrito de Barrancas, departamento de Maipú, se encuentra uno de los espacios arqueológicos más relevantes de la provincia y, al mismo tiempo, uno de los menos conocidos por el gran público. Popularmente llamado "Cementerio Indio de Barrancas", el lugar concentra enterratorios humanos prehispánicos que permiten reconstruir cómo vivieron -y cómo murieron- los antiguos pobladores del oasis norte mendocino hace miles de años.
Aunque el término "cementerio" se instaló en el lenguaje cotidiano, los especialistas aclaran que no se trata de un camposanto formal, sino de un conjunto de enterratorios dispersos, ubicados en barrancas naturales y perfiles de suelo, sin una delimitación estructurada.
Hallazgos que comenzaron hace más de 80 años
Los primeros registros arqueológicos sistemáticos en la zona datan de la década de 1940. Desde entonces, distintas investigaciones -como la del CONICET en conjunto con la UNCUYO entre 2008 y 2011- permitieron recuperar alrededor de 32 restos óseos humanos de individuos de diferentes edades y sexos, asociados a prácticas funerarias prehispánicas.
Estos estudios convirtieron a Barrancas en uno de los conjuntos bioarqueológicos más importantes de la provincia, clave para comprender la historia temprana de la ocupación humana en Mendoza.
Más de 2.000 años de historia bajo tierra
Las dataciones realizadas mediante carbono 14 indican que varios de los restos hallados tienen más de 2.000 años de antigüedad. Se trata de poblaciones que habitaron la región mucho antes de la llegada europea y cuya identidad cultural no siempre puede asociarse de manera directa a etnias históricamente documentadas, como los huarpes.
Aun así, el material recuperado aporta información fundamental sobre las condiciones de vida, la alimentación, la salud y las creencias funerarias de los antiguos habitantes del centro-oeste argentino durante el Holoceno tardío.
Por qué no es un "cementerio" en sentido estricto
A diferencia de los cementerios históricos, con tumbas organizadas y espacios definidos, en Barrancas los entierros aparecen de forma aislada y dispersa, integrados al paisaje natural. Muchos quedaron expuestos por procesos de erosión, lo que facilitó su hallazgo, pero también generó riesgos de deterioro y saqueo.
Por esa razón, los investigadores prefieren la denominación "enterratorios indígenas", más precisa desde el punto de vista arqueológico.
Reserva arqueológica y patrimonio protegido
El valor científico y cultural del sitio llevó a que fuera declarado Reserva Arqueológica Departamental en 1995, una figura que reconoce su importancia patrimonial y busca garantizar su preservación frente al avance urbano y otras actividades que puedan afectarlo.
Hoy, Barrancas es considerada un área de referencia para la arqueología mendocina, tanto por la cantidad de restos recuperados como por la continuidad de las investigaciones.
Qué se puede hacer en el lugar
Asimismo, este lugar es frecuentado habitualmente por vecinos y visitantes que realizan actividades físicas al aire libre, aprovechando el paisaje natural del distrito.
Entre las prácticas más cotidianas se encuentran caminatas, trekking de baja dificultad y recorridos en bicicleta, especialmente por caminos rurales y senderos informales. Se trata de actividades recreativas que permiten conocer el entorno y disfrutar del paisaje, siempre que se realicen de manera responsable y respetuosa del patrimonio.
En paralelo, el área también ha sido utilizada de forma informal para la circulación y práctica de motos de enduro y motocross, particularmente en sectores de barrancas y terrenos abiertos. Esta actividad no está regulada ni habilitada oficialmente y ha generado advertencias por parte de especialistas, ya que el tránsito de vehículos puede acelerar la erosión del suelo y afectar contextos arqueológicos sensibles.
Por ese motivo, desde el ámbito académico y patrimonial se insiste en priorizar actividades de bajo impacto, evitar la remoción de suelo y no manipular restos ni elementos que puedan encontrarse en el lugar, entendiendo la visita como una experiencia cultural, educativa y de contacto con la naturaleza.
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En los terrenos abiertos de las barrancas también se registra la circulación informal de motos de enduro y motocross.
Cómo llegar allí
Este sitio se encuentra al sudeste de Maipú, cerca del Arroyo Claro.
El acceso más habitual es tomar primero el Acceso Sur, para luego continuar por calle Azcuénaga, que más adelante se transforma en la Ruta Provincial 14. Desde allí, se debe ingresar por finalmente por los caminos internos del distrito de Barrancas, en una zona rural ubicada en las inmediaciones de la Bodega Pascual Toso.
El recorrido puede realizarse en vehículo particular, aunque se recomienda informarse previamente sobre el estado de los caminos y respetar siempre las indicaciones locales, ya que se trata de una zona rural y de valor patrimonial.
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