El error más común con el microondas que puede costarte caro

Aunque pocos lo saben, este componente requiere limpieza regular para que el aparato funcione bien y el ambiente de la cocina sea más saludable.

El error más común con el microondas que puede costarte caro

Por: Franco Cerroni

En miles de hogares argentinos, el microondas es un electrodoméstico de uso diario. Se lo emplea para calentar la comida en minutos, descongelar carnes o preparar infusiones rápidas. Sin embargo, lo que pocos saben es que, al igual que con el aire acondicionado o la campana extractora, este aparato tiene un filtro interno cuya función principal es retener la grasa y filtrar los olores.

Según reveló la revista estadounidense Southern Living, muy pocos usuarios le dan el mantenimiento necesario a este componente. El descuido puede traducirse en olores desagradables, pérdida de eficiencia del equipo e incluso la proliferación de bacterias en la cocina.

La consultora estadounidense en limpieza Jacqueline Stein, reconocida por sus guías prácticas de higiene en el hogar, reforzó este argumento al subrayar que "la mayoría de los microondas de sobremesa cuentan con filtros de fácil acceso, diseñados para ser retirados y lavados sin necesidad de herramientas. El problema es que la mayoría de los usuarios ni siquiera sabe que existen".

Según Stein, este descuido cotidiano no solo acorta la vida útil del electrodoméstico, sino que también favorece la acumulación de grasa y olores que terminan afectando la calidad del aire en la cocina.

En este sentido, los expertos recomiendan siempre desconectar el microondas antes de iniciar cualquier limpieza y, de ser necesario, usar guantes protectores si se aplican productos abrasivos.

Especialistas de limpieza recomiendan prestar mucha atención al filtro interno que aparecen mayormente en la parte inferior de los microondas.

Dos tipos de filtros y cómo mantenerlos

Los productos que se neceistan para limpiar el filtro suelen encontrarse en cualquier hogar. Estos son: agua caliente, jabón para vajilla, una esponja y un recipiente amplio. Antes de empezar, es menester conocer el tipo de filtro que hay allí. Existen principalmente dos clases:

*Filtro metálico de aluminio, que puede lavarse y reutilizarse varias veces.

*Filtro de carbón activo, que en cambio debe reemplazarse de manera periódica.

La ubicación varía según la marca y el modelo, pero en la mayoría de los casos se encuentra en la parte inferior del aparato y se extrae sin necesidad de herramientas.

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El no limpiar y tampoco reemplazar este elemento hará acumular la grasa en el aparato y que, a su vez, aparezcan olores desagradables.

Paso a paso

Southern Living detalla un procedimiento sencillo y económico:

1) Retirar el filtro y sacudirlo suavemente sobre un cesto de basura para eliminar residuos adheridos.

2) Sumergirlo en agua caliente con detergente durante 15 a 30 minutos.

3) Frotarlo con una esponja o cepillo suave, evitando presionar demasiado para no dañar la malla.

4) Enjuagarlo con abundante agua corriente.

5) Dejarlo secar completamente al aire antes de volver a colocarlo para evitar la proliferación de bacterias.

6) Si el filtro presenta roturas, no ajusta bien o conserva malos olores tras el lavado, lo más recomendable es reemplazarlo.

Cada cuánto hay que limpiarlo

La frecuencia del mantenimiento depende de los hábitos de uso:

*Uso intensivo diario con alimentos grasos: limpiar semanalmente.

*Uso esporádico con comidas más livianas: limpiar cada dos o tres meses.

Mantener el filtro en buen estado no solo prolonga la vida útil del electrodoméstico, sino que también evita la circulación de aire contaminado dentro de la cocina.

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