Dormirse con el televisor encendido en la noche puede tener efectos negativos en la calidad del sueño. La luz y el sonido del televisor pueden interferir con el ciclo natural del sueño, dificultando la entrada en etapas más profundas y reparadoras. Esto puede resultar en un descanso menos efectivo y en una sensación de cansancio al despertar.
Además, la exposición prolongada a la luz azul emitida por las pantallas puede alterar la producción de melatonina, la hormona responsable de regular el sueño. Al disminuir la producción de melatonina, se puede experimentar dificultades para conciliar el sueño y mantener un descanso continuo durante la noche.
Por otro lado, dormir con el televisor encendido también puede afectar la calidad del descanso de manera indirecta. La presencia de un estímulo visual y auditivo constante puede generar un estado de alerta en el cerebro, impidiendo que se relaje por completo y se prepare para el descanso nocturno adecuado.
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En resumen, apagar el televisor antes de dormir es recomendable para favorecer un sueño reparador y de calidad. Al eliminar la interferencia de la luz y el sonido del televisor, se facilita la entrada en etapas más profundas del sueño y se promueve un descanso efectivo y revitalizante.
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