Cuando observo a una mujer me llama más la atención su forma de ser que su ropa propiamente dicha. En realidad, la vestimenta se luce realmente cuando la persona que la porta transmite presencia. Algunas consideraciones a tener en cuenta son:
La elegancia en otro lado
Si bien existen prendas que son más elegantes que otras, por ejemplo una camisa antes que un buzo, se puede ser elegante usando un buzo con zapatillas porque la elegancia estará en la forma de hablar, el tono de voz calmo, modales, caminar, entre otras cosas.
Siempre les digo, caminen derechas porque además de favorecer a la postura nos estiliza de una manera increíble y las prendas se perciben mejor.
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Menos es más
El lema "Menos es más" cobra vida. Mientras más información trasmitimos ya sea usando demasiado maquillaje sumado a muchos accesorios, uñas muy llamativas, sin contar prendas protagonistas, el ruido visual será demasiado y nuestro ánimo de vernos arregladas se verá opacado transmitiendo todo lo contrario.
Recuerda poner el foco de atención en aquellas zonas de tu cuerpo que quieras destacar: rostro, escote, caderas, piernas, etc.
Sé tu misma
La clave también está en no aparentar quien no somos. Mientras más espontáneas nos expresemos nuestro vestir será más fluido.
Concéntrate en ti no en el pensamiento ajeno. No gastes energía en agradar a todos, primero agrádate a ti y las reacciones del entorno serán un accesorio.
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Si bien la elegancia surge naturalmente puede irse adquiriendo con los años. Y vos, ¿cómo te percibes?
Mariana Alba
Asesora de Imagen y Estilo Personal
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