El girasol es una de las flores más alegres del verano. Te contamos en qué época sembrar sus semillas y cómo cuidarlas para que crezcan fuertes.
Semillas de girasol: cuándo y cómo plantarlas para que florezcan bien
El girasol es una de las plantas más llamativas del verano. Su color amarillo intenso y su movimiento siguiendo al sol lo convierten en un clásico de los jardines. La buena noticia es que podés tenerlos en casa si elegís el momento adecuado para sembrarlos y les das los cuidados básicos.
La mejor época para sembrar girasoles
Un método seguro es hacerlo en semilleros desde noviembre hasta principios de marzo. Así, la planta florecerá en pleno verano o al inicio del otoño.
Si preferís sembrar directamente en el suelo, lo ideal es esperar a la primavera, cuando la temperatura de la tierra supere los 12 °C. Esta condición es clave para que las semillas germinen sin problemas.
Espacio y variedades
Tené en cuenta que los girasoles pueden crecer entre 2 y 3 metros de altura, e incluso llegar a los 6 metros en algunos casos. Si no contás con tanto espacio, existen variedades enanas como Teddy Bear o Big Smile, que alcanzan unos 40 centímetros y se pueden cultivar en macetas.
Existen variedades gigantes y enanas de girasol para distintos espacios.
Cómo plantar semillas de girasol paso a paso
-Elegí semillas de buena calidad para asegurar un mejor crecimiento.
Ver: Cómo hacer florecer un limonero en casa
-Prepará los materiales: tierra fértil, recipientes con drenaje (pueden ser cartones de leche reciclados), tijeras y etiquetas.
-Colocá la tierra en el recipiente, dejando espacio para que las raíces se expandan.
-Hacé pequeños agujeros de drenaje en la base.
Los girasoles florecen en verano o a comienzos del otoño.
-Sembrá las semillas dejando un espacio entre cada una.
-Regá de manera abundante, sin encharcar.
Leer: Jardines pequeños con estilo: las 5 mejores plantas para espacios chicos
-Dejá los recipientes en un lugar protegido hasta que las plantas broten.
Consejos de cuidado
Los girasoles necesitan mucho sol y una tierra enriquecida con abono o estiércol bien descompuesto.
Requieren riego constante, especialmente las variedades altas, que tienen más dificultad para recuperarse si se secan.
Con estos pasos simples, en pocos meses podrás disfrutar del brillo del girasol en tu casa o jardín.
Esta nota habla de:
