Usados a diario para limpiar, las rejillas de cocina pueden convertirse en un foco de gérmenes si no se lavan con frecuencia. Un método simple con bicarbonato y vinagre ayuda a mantenerlas limpias y libres de malos olores.
Rejillas de cocina: el truco casero para evitar bacterias y malos olores
Las rejillas de cocina son aliadas indispensables en el hogar: sirven para limpiar derrames y cualquier lugar de la cocina. Sin embargo, su uso constante y el contacto con humedad y restos de comida las convierte en un punto de riesgo para la propagación de gérmenes y malos olores.
Según especialistas, el material con el que están fabricadas tiende a retener humedad y residuos, lo que favorece la proliferación de bacterias. Si no se lavan con regularidad, pueden transmitir microorganismos a las manos y otras superficies, provocando enfermedades como gastroenteritis, salmonelosis o intoxicaciones alimentarias.
Además, la acumulación de suciedad y el olor característico que desarrollan con el uso son señales de que es hora de limpiarlas a fondo. Los expertos recomiendan lavarlas cada dos días para prevenir la contaminación cruzada en la cocina.
Entre los métodos caseros más efectivos, uno de los preferidos por quienes cuidan la limpieza del hogar es el uso de bicarbonato de sodio y vinagre blanco. El bicarbonato neutraliza olores y actúa como un abrasivo suave que ayuda a remover manchas provocadas por restos de alimentos.
Cómo desinfectar las rejillas de cocina con bicarbonato y vinagre
Ingredientes:
-1 cucharada de bicarbonato de sodio
-Vinagre blanco
-Agua caliente
Procedimiento:
-En un recipiente, mezclar el bicarbonato con un poco de vinagre blanco hasta que la mezcla genere espuma.
-Aplicar la pasta resultante sobre las rejillas que se deseen limpiar.
-Dejar actuar durante una hora para que el producto desinfecte y elimine los olores.
-Enjuagar con abundante agua caliente para retirar todo el exceso.
Este truco no solo es útil para la cocina: la misma preparación puede emplearse para quitar sarro en grifos, duchas y otras superficies del baño.
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Fuente: El Tiempo



