Inspirado en los paisajes del sur de Europa, el jardín mediterráneo combina sencillez y bajo mantenimiento. Qué plantas, colores y materiales funcionan en Argentina para lograr este estilo.
Jardín mediterráneo: claves para reproducir este estilo en patios y balcones
El estilo mediterráneo llegó a los hogares argentinos gracias a su mezcla de naturalidad, tonos cálidos y plantas resistentes. Con pocos elementos y materiales simples, se puede lograr un ambiente luminoso y relajado, incluso en espacios pequeños. Este tipo de jardín funciona bien en zonas con veranos calurosos y secos, por lo que muchas regiones del país lo adoptaron sin dificultad.
Plantas que definen el estilo
El corazón del jardín está en la vegetación. Las especies más buscadas son aromáticas y resistentes al sol, fáciles de conseguir en viveros locales. Entre las más usadas se destacan:
-Lavandas, romeros y salvias, conocidas por su perfume y su buena adaptación al calor.
-Olivos y laureles, que aportan estructura y un aire clásico.
Plantas aromáticas y resistentes, clave del estilo mediterráneo.
-Adelfas y santolinas, que suman color y contraste.
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-Cítricos en maceta, como limoneros o naranjos, siempre que el clima lo permita.
Un detalle importante es agrupar las plantas según sus necesidades de riego, lo que ayuda a mantener un jardín equilibrado y con menor consumo de agua.
Los colores claros amplían y aportan luz al espacio.
Materiales y texturas que caracterizan al Mediterráneo
La estética mediterránea se basa en materiales naturales. Los más usados son:
-Piedra, cerámica, terracota y madera envejecida, que generan un ambiente rústico y cálido.
-Caminos de grava o lajas, ideales para patios amplios.
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-Macetas de barro, un clásico que funciona tanto en jardines como en terrazas.
-Muros blancos o en tonos arena, que reflejan la luz y amplían visualmente el espacio.
En casas con poco lugar, un patio con piso claro y algunas macetas grandes puede lograr el mismo efecto.
La paleta de colores: luz y calidez
El estilo se sostiene en colores suaves y luminosos. El blanco, el arena y los tonos tierra son la base, acompañados por detalles en azul, verde olivo y terracota. Estas combinaciones potencian la luz natural y generan sensación de amplitud.
Un jardín de bajo mantenimiento
Una de las grandes ventajas del jardín mediterráneo es que requiere poca agua y casi no demanda podas frecuentes. Para hacerlo más eficiente, se pueden sumar sistemas de riego por goteo o aprovechar el agua de lluvia.
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Este estilo también funciona en espacios urbanos. Algunas opciones:
-Macetas grandes de barro o cemento con aromáticas y cítricos.
-Muebles de hierro o madera natural para sumar calidez.
-Faroles o guirnaldas de luz cálida para un ambiente relajado al atardecer.
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