Ideal para la merienda o como cierre de una cena en familia o con amigos, esta deliciosa receta suma color y sabor sin perder la esencia cremosa de este clásico.
Cheesecake de durazno: un postre suave, fresco y perfecto para el verano
El cheesecake es un clásico que nunca falla, pero cuando llega el calor comienzan a ganar terreno las versiones más frutales. Entre ellas, el cheesecake de durazno se convirtió en una de las opciones preferidas: combina la cremosidad tradicional con un toque veraniego que lo vuelve irresistible para la merienda o como final perfecto de una cena en familia o con amigos.
En este sentido, el cocinero Don Saco Roto (@donsacoroto) compartió en sus redes una receta sencilla y contundente, ideal para preparar en casa y lucirse sin esfuerzo.
Ingredientes
Para la base
• 250 gramos de galletas
• 3 cucharadas de manteca
• 1 cucharadita de sal
Para el relleno
• 3 duraznos
• 50 gramos de manteca
• 1 cucharada de canela
• 1/4 taza de azúcar rubia
• 1 cucharada de harina
• 900 gramos de queso crema
• 250 gramos de azúcar
• 250 gramos de crema de leche
• 1/2 cucharada de jugo de limón
• 1 cucharada de esencia de vainilla
• 1/2 cucharadita de sal
• 5 huevos
• Trozos de galletas para sumar textura
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Preparación
1. Preparar los duraznos.
Cortar la fruta en trozos y llevar a una olla con manteca, canela, azúcar rubia y harina. Cocinar 5 minutos, retirar y reservar.
2. Armar la base.
Procesar las galletas hasta hacerlas polvo y mezclarlas con la manteca derretida. Volcar en un molde, compactar bien y refrigerar 30 minutos.
3. Mezclar el relleno.
Batir el queso crema a temperatura ambiente hasta que esté suave. Incorporar azúcar, crema, vainilla y limón. Integrar bien.
4. Sumar los huevos.
Agregar uno por uno, batiendo lo justo para unir sin airear la preparación.
5. Montar la tarta.
Volcar la mezcla de queso sobre la base fría. Agregar encima los duraznos cocidos y algunos trozos de galleta.
6. Cocinar en baño María.
Llevar al horno durante 1 hora y 30 minutos dentro de una fuente con agua caliente.
7. Enfriar y reposar.
Dejar que tome temperatura ambiente y luego refrigerar al menos 6 horas antes de desmoldar y servir.
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