Carlota de durazno: el postre frío más fácil para preparar sin horno

Un clásico de la repostería mexicana que combina duraznos en almíbar y una crema espesa gracias al toque de lima, ideal para celebraciones y reuniones familiares.

Carlota de durazno: el postre frío más fácil para preparar sin horno

Por: Martín Arrojo

 La carlota de durazno se consolida como uno de los postres fríos más sencillos y refrescantes de la gastronomía mexicana. Su gran ventaja es que no necesita horno y puede prepararse con ingredientes económicos y accesibles, lo que la convierte en una opción perfecta para cualquier ocasión.

El sabor suave del durazno en almíbar, también conocido como melocotón, se combina con una crema espesa elaborada con queso crema, leche condensada, leche evaporada y nata. El toque clave es el zumo de lima, que actúa como agente natural de espesor y le da firmeza a la mezcla tras varias horas de frío, logrando la textura típica de una "tarta fría".

Para su preparación, se utilizan alrededor de 480 gramos de duraznos, galletas "María", queso crema y lácteos. Puede elaborarse con una base tradicional de galletas trituradas y mantequilla o directamente con capas alternadas de galletas y crema. La receta completa suele llevar unos 45 minutos de trabajo más el tiempo de refrigeración.

El proceso es simple: se tritura el durazno, se bate el queso crema con los lácteos y se incorpora la fruta hasta obtener una mezcla homogénea. Al sumar el zumo de lima, la crema comienza a espesar. Luego se arma el postre por capas en un molde de 22 centímetros, intercalando "galletas María" -que pueden mojarse ligeramente en almíbar- con la crema fría.

Tras un reposo de toda la noche en la heladera, la carlota queda firme y lista para desmoldar. Puede decorarse con láminas de durazno y galletas trituradas, aunque esto es opcional. El resultado final es un postre cremoso, fresco y perfecto para compartir.

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