Está en casi todos los candados y la mayoría ni lo nota. Pero ese pequeño agujerito tiene una función clave que puede evitar que se arruine o quede trabado. Acá te contamos para qué sirve y cómo aprovecharlo.
¿Para qué sirve el agujerito del candado? Spoiler: no es decoración
Lo ves cada vez que cerrás la reja, el portón o la bicicleta. Ese pequeño agujerito en la parte de abajo del candado parece un detalle sin importancia. Un error de fábrica. Un sobrante de metal.
Pero no. Ese agujero está ahí por una razón muy concreta... y puede salvarte más de una vez.
El extraño agujerito del candado
Los candados -sobre todo los metálicos clásicos- tienen un agujero diminuto en su base, justo al lado o debajo del mecanismo de cierre. No está ahí por estética, ni por casualidad.
Se trata de una salida de drenaje y mantenimiento.
¿Para que sirve?
Para que salga el agua
Si llueve, se moja o lo lavás, ese agujerito permite que el agua se drene y no quede estancada dentro del mecanismo, lo que podría oxidarlo o trabarlo con el tiempo.
Para lubricarlo
Muchos cerrajeros recomiendan aplicar aceite o lubricante por ese agujerito, en lugar de rociar todo el candado. De esta manera, el producto va directo al mecanismo interno.
Para liberar presión si se congela
En zonas frías, el agujero también sirve para que el hielo tenga por dónde expandirse. Si se sella completamente, el candado puede explotar o romperse al congelarse.
Consejo extra
Si tenés un candado viejo que no abre bien, ponele unas gotas de lubricante por ese agujerito. Después movelo un poco... y quizás te sorprenda.
El próximo que veas ese agujerito, ya sabés: no es adorno.
Es uno de esos pequeños detalles que hacen que las cosas sigan funcionando.
Como casi todo en la vida.
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