La banda se presentó en el sur y más de 20 mil personas la acompañaron. No fue un día más para San Rafael y tampoco para La Renga. Fue una gran noche para los que aman el rock.
La Renga totalmente poseídos por San Rafael
Sin duda, sentir que el lugar en el que vivimos nos elige todo el tiempo es una de las mejores certezas de que estamos en el camino correcto. Y un poco los sanrafaelinos experimentan en su terruño esa magia que los distingue, por ser un poco especiales. Los paisajes, la gente y hasta el clima (que siempre promete cambiar a la noche) hacen que esa ciudad brille como una joya guardada en el sur. El cielo, el verde, el río y sus montañas bregan por ofrecerse como "la especialidad de la casa" a todo parroquiano que respire ese aire. Y un poco de esa experiencia les llegó a los muchachos de La Renga cuando, en pleno viaje filmando para la película Totalmente poseídos, la ruta les presentó lugares emblemáticos de San Rafael, entre ellos el Cañón del Atuel.
Recorrer ese camino definitivamente apuró el deseo y fue este sábado 1 de febrero de 2025 cuando se cumplió totalmente. Una presentación de la banda que fue parte de fechas tan concretas como elegidas y que los trajo en un día infernal para reunir a su comunidad, que vive cada vez que suena el rock, el maldito rock.
Panic Show a plena luz del día
Con semanas de mucho trabajo de una producción acostumbrada a preparar semejante banquete, metros y metros de vallas, un gran equipo de gente trabajando desde temprano y la promesa de los organizadores en el grupo de WhatsApp del barrio de que todo terminaría limpio al día siguiente, solo restaba esperar a la masa humana que emprendiera el embate por el camino dividido por el zanjón. La geografía de la ciudad desapareció temporalmente, transformando a todos los barrios en uno solo, el indicado para recibir a los mismos de siempre.
El día -con una temperatura agobiante que intentó robarse el protagonismo- recibió bajo un sol tan caliente como penetrante a más de veinte mil personas que llegaron de todo el país. La mañana del sábado 1 de febrero, una larga fila de autos y micros ayudó a que la imagen entre las montañas quedará marcada en el calendario de este encuentro singular.
Y así fue que, como un pasillo interminable, al anochecer, escoltados por vendedores ambulantes de choripanes y remeras de La Renga, caminamos en procesión, dejándonos llevar por el diablo y sin religión.
Y a las 22:30 arrancó el show
El Polideportivo N° 2 se mostró con los brazos abiertos cuando la multitud se desparramó por todo el predio para cantar y vibrar con las canciones de La Renga. Con la piel transpirada por una humedad intensa que la marea negra creó y siendo las 22:30, el cielo se iluminó con los colores de una proyección sobre la enorme tela que vestía el escenario. Y entonces, ellos solo tuvieron que hacer lo suyo.
Con imágenes recorriendo el país en moto, fueron el símbolo perfecto de por qué La Renga es una de las mejores bandas de nuestro rock.
Con más de 30 canciones que zamarrearon dos horas y media de recital, el reloj comenzó a marcar los minutos de una combinación perfecta: desandar el recorrido en las letras que nos llevaron a encontrar el sentido de estar ahí. Y fue Buena Ruta Hermano la que dio inicio a la hermosa locura de sentir y vivir el rock. Luego le siguieron Tripa y corazón, A la carga mi rocanrol, Corazón fugitivo, y apenas comenzado el show, el nuevo tema Hay un tirano que es para vos fue presentado. Ese lugar de ninguna parte, Montaña Roja, Veneno, La banquina de ningún lado, El en baldío, El Rito de los corazones sangrando, Ruta 40 y tantas más nos llevaron al final, ya pasada la primera hora del nuevo día, con El revelde, Diamante oscuro, El viento que todo lo empuja y la recomendación final en la voz de Chizzo, quien agradeció a todos por estar y a San Rafael por recibirlos: "Volver a casa en paz y disfrutar del lugar". El saludo final se concretó con Hablando de la libertad.
La Renga y San Rafael, un solo corazón
Con el "Buenas noches, San Rafael" en la voz de Chizzo, que sonó especial, otra vez la tierra nos hizo sentir distintos. Junto a Tete, Tanque y toda la banda, desprendieron buena energía en todo momento. Cada tanto, Chizzo hizo alguna acotación para presentar los temas, destacó la belleza de los paisajes de San Rafael e incluso nos mandó a disfrutar de la tierra del sol y del buen vino.
Hubo un guiño especial al sábado 1 de febrero y a lo que también sucedía en el país. Con un tono aguerrido y más rasposo que nunca, Chizzo soltó: "Parece que vivimos en un país donde no se puede decir "puto". Ahora más que nunca lo digo: "canten putos", y el público se unió en una gran ovación.
Sonido perfecto, la voz intacta y la poesía en las letras hicieron que las miles de almas cantaran con la frente mirando al cielo. Amigos sosteniéndose en un abrazo, mujeres guardianas de la noche y familias enteras bailaron hasta levantar la tierra, formando una nube roja en el centro del lugar. Guarderías naturales y espontáneas recibieron a niños de hasta 4 años dormidos en el césped. Barras de comida y bebidas a los costados formaban la pasarela de miles que buscaban calmar la sed, que a esas alturas ya no era solo de los vagabundos.
No fue un día más para San Rafael ni para los seguidores de la banda. Como sello de que nunca más lo olvidaremos, las remeras con la fecha y el lugar emprendieron su regreso a casa con la firma en la espalda, mostrando que un banquete más arrasó el sur de Mendoza y que somos parte del corazón de la banda, que cada vez late más fuerte y mejor.



