El vino argentino se achica: cayeron el consumo y las exportaciones

Un informe muestra la caída simultánea del consumo interno, las exportaciones y el número de productores. Mendoza perdió más de 16 mil hectáreas de vid en la última década.

El vino argentino se achica: cayeron el consumo y las exportaciones

Por:Mariano Rivas
Periodista

El vino argentino atraviesa una de sus etapas más difíciles de los últimos años. Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el consumo interno sigue cayendo sistemáticamente, además de las exportaciones. Y, por otro lado, la producción está cada vez más concentrada.

Uno de los datos más impactantes indica que en agosto de 2025 el volumen total de vino despachado al mercado interno cayó 17,1% interanual, y el consumo per cápita se redujo 18,3% respecto del mismo mes del año pasado. 

El retroceso se explica principalmente por el deterioro del ingreso real de los hogares, de acuerdo al estudio. Con la inflación en alza y el crédito caro, el vino perdió terreno frente a otras bebidas más accesibles.  A esto se suma un cambio en los hábitos de consumo: los consumidores se inclinan cada vez más por los vinos varietales -de mayor precio y valor agregado-, lo que acentúa la sensibilidad del sector ante la pérdida de poder adquisitivo.

Así se fue desplomando el consumo de vino per cápita.

En paralelo, la competencia con la cerveza y otras bebidas alcohólicas sigue en aumento. De hecho, el consumo per cápita en Argentina cayó de 23,8 litros anuales en 2015 a 16,3 litros en 2024, uno de los niveles más bajos en décadas.

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Mendoza, que aporta más del 70% del vino argentino, no escapa a este panorama: en la provincia, los despachos al mercado interno retrocedieron 12,3% interanual en agosto. Los vinos blancos fueron los más afectados, con una baja del 20%, y las ventas en tetra brik también sufrieron una fuerte contracción.

Exportaciones en baja y un país que cada vez importa más vino

La crisis también se siente en el frente externo. Entre enero y agosto de 2025, las exportaciones de vinos y mostos argentinos disminuyeron 8,4% interanual, con caídas más pronunciadas en el vino color (-9,8%) y el vino a granel (-11,9%).

Las exportaciones de vino argentino disminuyeron 8,4% entre enero y agosto de 2025.

El CEPA atribuye este deterioro a la pérdida de competitividad internacional: un tipo de cambio atrasado, costos logísticos elevados y precios internos en dólares que encarecen el producto argentino frente a sus competidores.

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En contraposición, las importaciones de vino crecieron 415% en 2024, alcanzando 45.971 hectolitros, en su mayoría provenientes de Chile. La explicación es clara: en el contexto actual, importar vino resulta más rentable que exportarlo, una situación inédita en un país históricamente productor y exportador. "El complejo vitivinícola enfrenta un escenario de precios deprimidos y costos en alza, que agrava la situación de rentabilidad y empuja a una mayor concentración", señala el informe del CEPA Mendoza.

Un mapa más concentrado y menos diverso

El documento también advierte sobre un fenómeno estructural: la concentración del mercado. Entre 2015 y 2024, Mendoza perdió 16.864 hectáreas de vid (-10,6%) y 1.576 viñedos, la mayoría de pequeña escala. Hoy, el 7,4% de los establecimientos más grandes concentra casi la mitad de la superficie cultivada.

Este proceso se replica en las bodegas elaboradoras y fraccionadoras, donde los grupos de mayor tamaño ganan participación mientras los productores chicos enfrentan crecientes dificultades para sostener su actividad. Según el CEPA, esto reduce la diversidad territorial y social del complejo vitivinícola y profundiza las desigualdades dentro de la cadena de valor.

El informe completo

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