Están realizando un relevamiento estructural para determinar con precisión el estado de la ruta, plagada de baches y ondulaciones que han generado accidentes. Gustavo Prieto, jefe de obras de la compañía, brindó detalles al Post.
Mal estado de la Ruta 7: cinco claves del estudio que hacen en la calzada
El tránsito hacia Chile por el tramo mendocino de la Ruta 7 ha sido noticia en los últimos meses por el aumento en la cantidad de accidentes, muchos de los cuales pueden atribuirse al mal estado de la calzada, llena de baches, deformaciones y otros desperfectos. En ese marco, el Gobierno nacional planea licitar trabajos de arreglo, y la empresa CEOSA es una de las interesadas en la concesión. Para ello, encaró esta semana una "radiografía" para conocer detalladamente qué tan mal está la ruta.
La compañía de construcción es una de las que se anota para la futura licitación de la obra, para lo cual decidió hacer un relevamiento a través de la técnica denominada deflectometría. El jefe de obras de la empresa mendocina, Gustavo Prieto, brindó al Post algunas claves de los estudios que están haciendo desde el miércoles 26.
Un estudio independiente
La Ruta 7 no ha tenido inversiones en muchos años, y los sucesivos accidentes camino a Chile habían hecho que Mendoza explicitara su interés en asumir los arreglos, pero la gestión de Javier Milei no quiso traspasar los mismos a la Provincia.
El estudio en la Ruta 7 permitirá conocer el estado real de la calzada.
No obstante, Prieto aclaró que este relevamiento no fue solicitado ni financiado por el Gobierno nacional. "Nosotros no realizamos el estudio para el Gobierno nacional, nadie nos ha contratado. Esto es exclusivamente un estudio nuestro, a costo y riesgo nuestro", aclaró el jefe de obras de CEOSA.
En qué consiste la deflectometría
El análisis abarca un tramo de 390 kilómetros, desde Desaguadero hasta el túnel Cristo Redentor. Para ello, se utiliza tecnología de deflectometría de impacto, que permite evaluar la resistencia y el estado del pavimento sin necesidad de romperlo. "El equipo FWD es un deflectógrafo de impacto, que es lo que se utiliza habitualmente para hacer este tipo de ensayos no destructivos y poder evaluar mediante un programa adecuado el estado de la estructura del camino", explicó Prieto.
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La técnica mide la deformación o deflexión de una superficie cuando se le aplica una carga. Al hacerlo, se puede evaluar la rigidez o resistencia estructural del material. Se trata de una herramienta común en estudios de pavimentos y carreteras para analizar su condición y planificar trabajos de mantenimiento.
Zonas más delicadas
Desde hace tiempo se habla del mal estado de la Ruta 7, con tramos deteriorados y baches que afectan la seguridad vial. Por ejemplo, en los alrededores de la refinería que YPF tiene en Luján.
Según Prieto, ya se han identificado sectores críticos que requerirán intervenciones más profundas. "En algunos sectores hay que intervenir no solamente en la estructura del pavimento, sino en el trazado. Probablemente haya que hacer algún cambio o alguna condición particular", anticipó.
Los plazos
Los estudios en la ruta llevarán unos diez días, aunque los resultados del relevamiento estarán recién en tres meses, aseguró Prieto. Posteriormente, la concreción de las obras dependerá del proceso de licitación. "Para obtener la concesión tiene que pasar previo por un proceso de licitación, en el cual competiremos seguramente con otras empresas", aclaró.
Cómo se financiarán los trabajos
"Las obras se financiarán luego mediante el cobro de peaje. Eso es lo que está en las propuestas, en todas las concesiones que se están haciendo en todo el país", explicó Prieto. Sin embargo, el valor del peaje aún no está definido.
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Los trabajos con el deflectógrafo avanzan desde el miércoles sin cortes de ruta y sin mayores afectaciones en la circulación. Una vez finalizado el relevamiento y conocidos los resultados, el panorama respecto del estado real de la deteriorada Ruta 7 debería aclararse, así como también el plan de acción para solucionar los daños que presenta el sector mendocino del corredor bioceánico.



