Mendoza, segunda productora del nuevo "oro verde" que es furor

La producción de pistachos creció en los últimos años en la Región de Cuyo. Los factores que impulsan al sector.

Mendoza, segunda productora del nuevo "oro verde" que es furor

Por: Juan Manuel Lucero

De un tiempo a esta parte, el pistacho ha ido creciendo e instalándose como el nuevo "oro verde" de la gastronomía mundial. La viralización en redes sociales, el auge de productos premium y la incorporación del fruto en chocolates, helados y alfajores dispararon el interés por un cultivo presente en la provincia.

Distintos informes advierten que existe un mercado global con demanda insatisfecha. En ese escenario, la Argentina -y particularmente la región de Cuyo- se abre paso como potencia emergente.

Un informe de AgroFides señala que el consumo mundial de pistacho crece de manera sostenida, impulsado por nuevos mercados en Asia, Europa y América Latina. 

Pero la producción continúa fuertemente concentrada en Estados Unidos, Irán y Turquía, países cuya expansión hoy está limitada por el acceso al agua, el clima y la saturación de superficies productivas. Las proyecciones del USDA, la FAO y el International Nut Council advierten incluso que, hacia 2040, la brecha entre oferta y demanda superará las 250.000 toneladas.

El pistacho, un producto cada vez más buscado.

Esa diferencia abre una oportunidad única para los países del hemisferio sur, donde la producción contraestacional permite abastecer al mundo en épocas de menor suministro. Y ahí entra en juego la Argentina y Mendoza particularmente, cuyas condiciones agroclimáticas -especialmente en regiones semiáridas- favorecen un fruto de calidad destacada a nivel internacional.

En ese marco, el crecimiento del pistacho en la Argentina ha sido explosivo. Según datos del INTA, en los últimos cinco años las hectáreas implantadas en la zona núcleo -entre el sur de San Juan y el norte de Mendoza- aumentaron más de un 500%. 

De acuerdo con el último Censo Nacional Agropecuario, San Juan concentra el 90% de la producción nacional, con unas 6.500 hectáreas cultivadas.

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Mendoza se ubica en segundo lugar, con alrededor de 770 hectáreas implantadas, posicionándose como un actor clave en el desarrollo del cultivo. Más atrás aparecen La Rioja y La Pampa, aunque en los últimos años comenzaron a registrarse nuevas experiencias en provincias como Catamarca, San Luis, Neuquén y Río Negro.

El crecimiento local responde, además, a una estrategia articulada entre el sector público y privado. Desde el INTA, por ejemplo, se lleva adelante un trabajo conjunto con la Asociación de Frutos Secos de Mendoza para evaluar variedades y generar un mapa de zonificación que permita optimizar rindes y calidad. 

El pistacho, junto con almendros, nogales y avellanos, forma parte de un cluster productivo que involucra a productores, viveristas y organismos estatales.

En Mendoza crece el cultivo de pistachos.

Exportaciones en alza

La producción de frutos secos -entre ellos el pistacho- también gana terreno en materia de comercio exterior. En lo que va de 2025, las exportaciones superaron las 5.700 toneladas, generando ingresos cercanos a 21 millones de dólares FOB, según datos oficiales.

La fiebre por el pistacho se refleja también en la góndola argentina. Alfajores, helados, bombones, trufas y el famoso "chocolate Dubái" -versión local incluida- protagonizan un fenómeno impulsado por redes sociales y tendencias gastronómicas globales.

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Mendoza, con su creciente superficie implantada, su cluster productivo en consolidación y su capacidad de exportación, aparece como una de las provincias clave para acompañar este boom. En tiempos donde la demanda crece más rápido que la oferta, el pistacho podría convertirse en uno de los cultivos más prometedores del mapa productivo provincial.

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