Sin la derogación de las leyes de financiamiento universitario y discapacidad, el presidente deberá ordenar quirúrgicamente la pauta de gastos.
Presupuesto 2026, en claves: la "valija" de Milei y el límite del déficit cero
El Presupuesto nacional 2026 puede explicarse con una imagen simple: una valija de viaje. El tamaño de esa valija no se puede estirar ni agrandar, y todo lo que se meta adentro tiene que entrar sin forzar el cierre.
La "valija" del Estado nacional para 2026 tiene un tamaño definido: 148 billones de pesos, es decir, 148 seguido por doce ceros. Llevado a una referencia más comprensible, equivale a unos 100.000 millones de dólares.
Las partidas presupuestarias son lo que se guarda dentro de la valija. Educación, salud, obra pública, subsidios, universidades, discapacidad: todo compite por espacio. Si se llena solo con "camisas", faltarán pantalones y medias. El equilibrio es obligatorio porque el tamaño total no cambia.
El corazón del presupuesto de Javier Milei es el déficit cero. Ese monto total ya incluye el pago de intereses de la deuda y parte de la idea central del Gobierno: no emitir moneda para cubrir gastos, no tomar nueva deuda y sostener la solvencia fiscal del país, después de años de defaults y desconfianza internacional.
El conflicto central está en el artículo 75 del Presupuesto, donde chocan dos leyes vigentes: la ley de financiamiento universitario y la ley de emergencia en discapacidad, ambas con mecanismos de actualización automática del gasto.
En términos de la metáfora, esas dos leyes obligan a meter más cosas en la valija sin cambiar su tamaño. Si se aplican tal como están hoy, esa valija, la del presupuesto, no cierra.
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Ante esto, la posición del presidente es tajante: la valija tiene que cerrar sí o sí. Y como esas leyes no pudieron ser derogadas por falta de mayoría en el Congreso, la única salida posible es reordenar el contenido interno del presupuesto. Habrá más recursos para universidades y discapacidad, pero menos fondos en otras partidas.
Cuáles serán esas partidas recortadas todavía no está definido públicamente. Lo único claro es el criterio: el gasto total se mantiene, el déficit sigue en cero y cualquier aumento en un área se compensa con recortes en otra.
La definición política del Presupuesto 2026, según lo explicó el propio Javier Milei, no pasa por cuánto gastar, sino por cómo redistribuir sin romper el equilibrio fiscal.



