El Observatorio de la Deuda Social informó la baja de la pobreza pero volvió a desmarcarse del organismo, señalando diferencias metodológicas en sus mediciones.
Pobreza: la UCA aseguró que es mayor a la que informó el INDEC
Según la última actualización del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, la pobreza por ingresos bajó al 36,6% en el tercer trimestre, frente al 45,6% registrado en igual período del año pasado, mientras que la indigencia descendió del 11,2% al 6,8%. Estos datos muestran una mejora en 2025 luego del deterioro registrado en 2024, marcado por la caída en la actividad y la aceleración inflacionaria.
El informe, que se basa en una encuesta realizada a 3000 hogares de grandes aglomerados urbanos, señala que los datos reflejan un escenario aún frágil, aunque con un cambio de tendencia respecto a 2024. Las cifras contrastan las del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que midió una pobreza del 31,8% y una indigencia del 6,9% en el primer semestre.
Más allá de la mejora, el Observatorio advierte sobre un "piso estructural" que se mantiene desde hace dos décadas: alrededor del 5% de la población en indigencia y un 25% en situación de pobreza, con oscilaciones vinculadas a los ciclos económicos y a los programas de transferencias de ingresos. También destaca que la pobreza crónica continúa concentrada en los sectores más vulnerables.
El informe atribuye la recuperación a la estabilización inflacionaria y a una mejora parcial de los ingresos laborales, transferencias y actividad del sector informal. Sin embargo, el estudio sostiene que todavía no puede hablarse de un cambio estructural en las condiciones de vida y que las mejoras podrían ser transitorias, similar a lo observado en otros períodos de alivio económico.
Desde la UCA también señalaron diferencias metodológicas entre su medición y la del Indec, en particular por el uso de una canasta básica con estructura de gastos de 2004/2005. Según el organismo, una actualización de esa canasta elevaría en todos los años la medición de pobreza y modificaría la velocidad de su descenso reciente.
Otro indicador que mostró avances fue el "estrés financiero", que bajó del 50% al 46,8% de la población. Este índice mide la percepción de insuficiencia de ingresos para cubrir necesidades básicas y presenta una diferencia marcada entre hogares con y sin menores: 52,6% frente a 34,9%.
También creció la proporción de hogares que afirma tener capacidad de ahorro, del 8% en 2024 al 10,2% en 2025, aunque aún se mantiene en niveles bajos y lejos de los valores registrados en 2011, cuando solo el 15,9% decía poder ahorrar.
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