En un contexto de recuperación económica, los préstamos bancarios crecen a un ritmo casi tres veces superior al de los depósitos, impulsados por la demanda de consumo y la estabilización monetaria, según datos recientes.
Más préstamos y menos depósitos
El sistema bancario argentino atraviesa un momento de transformación, impulsado por las políticas económicas implementadas desde finales de 2023. La eliminación de los pasivos remunerados del Banco Central y la limpieza de su balance han permitido a los bancos redirigir sus recursos hacia el sector privado.
Este cambio ha revitalizado el crédito, especialmente en un contexto de inflación decreciente y mayor confianza en la economía. La remonetización, tanto en pesos como en dólares, refleja un esfuerzo por recuperar la actividad económica tras años de restricciones.
Factores que impulsan el crédito
La baja de las tasas de interés y la flexibilización de las políticas monetarias han creado un entorno favorable para el financiamiento a familias y empresas. Desde mayo de 2024, los bancos han incrementado su oferta de préstamos, incentivados por un mercado que busca alternativas al ahorro tradicional.
La consultora Quantum destaca que la relación entre préstamos y depósitos ha alcanzado niveles no vistos desde 2018, marcando un punto de inflexión. Este escenario responde a medidas como la transferencia de utilidades del Banco Central al Tesoro, que redujo la base monetaria.
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Crecimiento acelerado de los préstamos
En los últimos 30 días, los préstamos bancarios al sector privado en pesos crecieron un 3,7% en términos reales, superando ampliamente el 1,3% de aumento de los depósitos, según Quantum. Este crecimiento, casi tres veces más rápido, se concentra especialmente en el crédito al consumo, que en los últimos 12 meses se duplicó en comparación con los préstamos a empresas.
La dinámica refleja una mayor demanda de financiamiento para gastos inmediatos, mientras que los depósitos transaccionales, como cuentas corrientes y cajas de ahorro, lideran el crecimiento del ahorro. Sin embargo, los plazos fijos registraron una caída del 0,6% en el último mes, evidenciando una preferencia por la liquidez inmediata.
Expectativas y desafíos económicos
El aumento de los préstamos, que superan el 3% de la tasa de interés real activa promedio, está influenciado por expectativas de devaluación y fluctuaciones en el mercado de dólar futuro. Desde el 7 de mayo de 2025, el contrato de dólar futuro para diciembre subió de $1.240 a $1.447, según Quantum, lo que refleja incertidumbre económica.
Este contexto podría limitar la sostenibilidad del crecimiento crediticio si los depósitos no logran equipararse. Los bancos enfrentan el desafío de mantener la liquidez, ya que el ritmo de los préstamos podría agotar los fondos disponibles, según advierten los analistas. La absorción de base monetaria mediante instrumentos como LEFIs y Bopreal busca mitigar este riesgo.
Perspectivas para el sistema financiero
El crecimiento desbalanceado entre préstamos y depósitos plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de esta tendencia en el mediano plazo. La recuperación económica, con un crecimiento proyectado del 5,5% del PBI para 2025, según BBVA Research, depende en parte de la capacidad de los bancos para seguir financiando al sector privado.
La confianza en la estabilidad monetaria y la baja de la inflación, que se espera alcance el 20% anual en diciembre, serán clave para incentivar el ahorro a largo plazo. Este escenario sugiere que los bancos deberán ajustar sus estrategias para equilibrar la oferta de crédito con la captación de depósitos, consolidando así la recuperación financiera del país.



