En Entorno Pyme por Radio Post FM 92.1 conversaron con Fernando Pérez Hualde, director de la sede Mendoza del IADEF.
Solo el 30% de las empresas familiares supera la primera generación
Las empresas familiares constituyen una parte significativa del tejido empresarial, especialmente en economías como la de Mendoza, donde numerosas compañías con una larga trayectoria mantienen su carácter familiar. Estas organizaciones, donde la propiedad, la dirección y el control están en manos de miembros de una misma familia, representan un motor importante para la economía, pero también enfrentan desafíos particulares relacionados con la gestión y la sucesión generacional.
En el programa Entorno Pyme conducido por Gabriel Piconero y Anabel Angileri que se emite todos los sábados de 10.00 a 12.00 por Radio Post (FM 92.1 en el Gran Mendoza, 96.9 en Luján de Cuyo, 100.1 en San Martín y 96.7 en La Paz) conversaron con el director en Mendoza del Instituto Argentino de la Empresa Familiar (IADEF), Fernando Pérez Hualde. "La empresa familiar, para poder identificarla, es aquella en que los integrantes de una familia dirigen, controlan, son propietarios de una empresa y esa empresa constituye el medio de vida de esa familia y tienen la intención de mantener esa situación en el tiempo, con una marcada identificación entre la suerte de la familia y de la empresa", comenzó.
Definiendo la esencia de la empresa familiar
Para identificar una empresa familiar, es esencial reconocer que sus integrantes dirigen, controlan y son propietarios del negocio, el cual constituye su principal medio de vida. Existe una fuerte identificación entre el destino de la familia y el de la empresa, con una clara intención de mantener esta situación a lo largo del tiempo.
Esta sinergia entre el ámbito empresarial y el familiar es la característica principal de estas organizaciones. El IADEF, con presencia en todo el país y Latinoamérica a través del ILAEF, se enfoca en la formación de consultores y miembros de familias empresarias para asegurar la continuidad de estas empresas, conscientes de su gran impacto económico. Según Pérez Hualde, "el trabajo se ha apuntado a la formación y a la, diría yo, concientización de lo que implica la empresa familiar y del impacto que genera sobre todo en la economía".
El desafío de la sucesión generacional y la confusión de planos
A pesar de su importancia, las empresas familiares enfrentan desafíos significativos, siendo la sucesión generacional uno de los más críticos. Estadísticas a nivel mundial indican que solo un 30% de estas empresas supera la primera generación, y apenas un 15% llega a la tercera.
Esta pérdida de continuidad impacta directamente en la economía. Uno de los problemas fundamentales que atraviesan estas empresas es la confusión de planos entre la lógica familiar y la lógica empresarial. Esto se manifiesta, por ejemplo, en la gestión de salarios y roles, donde no siempre se distingue entre las necesidades familiares y el rendimiento laboral dentro de la empresa. Pérez Hualde explica que hay un "problema principal y básico que es la confusión de planos. La confusión de planos entre empresa y familia".
Justicia conmutativa versus justicia distributiva
En el ámbito empresarial, rige una "justicia conmutativa", donde la retribución se basa en la contribución y el rendimiento del individuo a la empresa. En contraste, en la familia opera una "justicia distributiva", donde se da en función de las necesidades de cada miembro, independientemente de su producción.
Esta diferencia fundamental en la aplicación de la justicia puede generar conflictos dentro de la empresa familiar, especialmente cuando no se logra un equilibrio entre ambos planos. Pérez Hualde ilustra esto al señalar: "Nosotros en la empresa aplicamos una justicia que se llama conmutativa, o sea, te doy en función de lo que vos me das... En la familia qué rige? Rige otra justicia. Es la justicia distributiva. Yo reparto entre los diferentes miembros de la familia... en función de lo que cada miembro de la familia necesita".
Etapas de crisis y la importancia de la profesionalización
Las empresas familiares atraviesan diferentes etapas de crisis. En la etapa inicial, la falta de delegación por parte del fundador suele ser el principal inconveniente. Posteriormente, la incorporación de los hijos al negocio puede generar conflictos relacionados con su rol y formación. Es crucial profesionalizar la gestión de la empresa familiar, estableciendo protocolos claros que definan la formación, la incorporación y la participación de los miembros de la familia en el negocio.
Según Pérez Hualde, en la primera etapa, la crisis se da por "falta de delegación... una persona que hace todo, cree que puede hacer todo, siente que todo lo tiene que hacer él y que si lo delega se hace mal". Respecto a la entrada de los hijos, añade: "ahí es donde empieza otro de los grandes conflictos". No obligar a los hijos a ser socios y permitirles desarrollar sus propios caminos también es un consejo importante para asegurar la armonía familiar y el éxito a largo plazo de la empresa.
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