La entidad dio a conocer su análisis sectorial con relación al mes de junio de 2025. La industria vitivinícola, complicada.
El vino en rojo, según el semáforo de Coninagro
En su último informe correspondiente a junio de 2025, con datos actualizados a mayo, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) volvió a encender las alarmas sobre la situación de varias economías regionales del país.
A través de su tradicional "Semáforo de Economías Regionales", la entidad evaluó el estado de 19 actividades agropecuarias, de las cuales 7 se encuentran en situación crítica (roja), 9 en estado de advertencia (amarilla) y solo 3 atraviesan un escenario favorable (verde).
Uno de los sectores que preocupa especialmente es el del vino y el mosto, que figura dentro del grupo en rojo. Según explicó el economista de Coninagro, David Miazzo en diálogo con medios del sur provincial, la evaluación considera tres componentes fundamentales: el negocio (ingresos y costos), el productivo (stock y producción) y el de mercado (exportaciones, importaciones y consumo).
Y en el caso del vino, la mayoría de estos indicadores muestra señales preocupantes.
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Sobreoferta y caída de precios reales
"En el caso del vino, la yerba mate y la papa, un factor que contribuye a esta situación es el buen nivel de producción que generó una sobreoferta en el mercado interno, debilitando los precios", explicó Miazzo.
Esto ha generado una pérdida importante de valor real, con caídas estimadas de entre un 20% y un 50% respecto al año anterior, mientras los costos de producción continúan en alza siguiendo la inflación.
A esto se suma otro fenómeno que agrava el panorama: la apreciación cambiaria relativa, que ha restado competitividad a las exportaciones de vino y mosto.
"La exportación ha sufrido las consecuencias de un tipo de cambio que, aunque corregido parcialmente, aún impacta negativamente en la rentabilidad de estas economías regionales", señaló el informe.
Contraste con la ganadería y los granos
En el otro extremo del semáforo, el sector ganadero -que incluye bovinos, porcinos y ovinos- aparece en verde, gracias a un repunte de precios vinculado a la menor oferta generada por la sequía de 2023 y un leve aumento del peso de faena. Si bien la ganadería también arrastra secuelas del fenómeno climático, muestra signos de recuperación gracias al incremento de márgenes.
Por su parte, los granos y la lechería se ubican en amarillo. En el caso de los granos, la baja de retenciones y una posible mejora en el tipo de cambio podrían mejorar los márgenes, mientras que la lechería parece haber encontrado cierto equilibrio entre producción y demanda, con perspectivas alentadoras.
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La crítica situación del vino no es un hecho aislado, sino que se enmarca en una tendencia más amplia que afecta a varias producciones regionales. Yerba mate, arroz, papa, peras y manzanas, cítricos dulces y mandioca completan la lista de actividades en rojo.
"El valor de sus productos no ha acompañado la inflación, lo que erosiona la rentabilidad y pone en riesgo la sostenibilidad del sistema productivo", advirtió Miazzo.
Desde Coninagro, insisten en la necesidad de políticas diferenciadas para cada economía regional, que reconozcan sus particularidades y les brinden herramientas para superar los obstáculos estructurales. En el caso del vino, la clave podría pasar por mejorar la competitividad externa, recuperar precios internos y reordenar los niveles de producción para evitar futuras sobreofertas.



