Qué son los "impuestos progresivos" y por qué perdieron peso en Mendoza

En las últimas décadas, el peso de los impuestos al patrimonio fue cayendo en Mendoza, en detrimento de la excesiva relevancia de Ingresos Brutos y otros "regresivos".

Qué son los "impuestos progresivos" y por qué perdieron peso en Mendoza

Por:Santiago Montiveros
Director periodístico

El Presupuesto 2026, recientemente aprobado en Diputados y pronto a ser tratado en el Senado, ratifica una tendencia de las últimas décadas en las cuentas públicas de Mendoza: cómo han ido perdiendo peso entre los ingresos provinciales los llamados impuestos "progresivos". Dicho de otra forma, es notoria la caída de la relevancia de los impuestos Inmobiliario y Automotor entre los recursos corrientes provinciales.

Según el Presupuesto 2026, para el próximo año se prevé recaudar 60.977 millones de pesos (U$S 43 millones) en impuesto Inmobiliario y  110.653 millones de pesos (U$S 79 millones) en impuesto Automotor, totalizando 171.630 millones de pesos (U$S 122 millones). Esta cifra representa apenas el 6,4% de los recursos corrientes de origen provincial, calculados en 2,6 billones, mientras que hace 15 años, en 2010, la proporción era del 11%. Es decir, cayó a la mitad.

El dato cobra aun más relevancia si se lo vincula con el superávit corriente que tiene previsto el Presupuesto del año entrante (213.899 millones de pesos). En este punto, a modo figurativo, el Gobierno podría incluso eliminar el impuesto Inmobiliario y tener un superávit de 152.922 millones. O eliminar Inmobiliario y Automotor y tener un resultado positivo corriente de 42.269 millones de pesos.

La caída del peso relativo de estos tributos refleja una tendencia de largo plazo: la provincia ha aumentado su dependencia de otros impuestos, como Ingresos BrutosEn 2010, los IIBB representaban el 41,6% de los ingresos de origen provincial, y para 2026 está previsto que la proporción sea del 50% (1,3 billones de 2,6 billones).

El desagregado de los recursos y gastos corrientes previstos en el Presupuesto 2026, con un superávit de $213.899.398.494.

En términos generales, en Mendoza fueron perdiendo peso los impuestos "progresivos", los que se pagan según el patrimonio y que permiten que los más acaudalados paguen más impuestos, y se incrementó la dependencia de los impuestos "regresivos", los que gravan el consumo y las necesidades elementales y que afectan de igual manera a ricos y pobres.

Esa transformación tiene dos explicaciones claras. Por un lado, la política: la mayoría de los gobiernos prefirió no tocar el Inmobiliario ni el Automotor para evitar conflictos con la clase media y no poner en riesgo su capital político. Cuando alguna gestión se animó a actualizarlos de manera más realista, especialmente en el caso del Automotor, debió retroceder y aplicar los famosos "topeos" para moderar el impacto en las boletas.

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Y, por otro lado, la economía hizo su parte: la inflación galopante de los últimos 15 años -y más- fue elevando de manera casi automática la recaudación de impuestos como Ingresos Brutos (más allá del IVA que coparticipa Nación), que se mueven al ritmo de los precios, mientras los tributos patrimoniales quedaron atados a valuaciones fiscales desactualizadas y sin ajuste real.

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