Histórica desregulación del comercio exterior

Tras dos años de trabajo de revisión, se dispuso que Argentina no exija controles a productos que ya cuentan con avales de sus países de origen.

Histórica desregulación del comercio exterior

Por: Ana Montes de Oca

El Gobierno nacional dio un paso decisivo en la desregulación del comercio exterior con la firma del Decreto 892/25, una norma que elimina una de las trabas históricas más cuestionadas por el sector productivo: la obligación de certificar en Argentina productos que ya cuentan con avales técnicos y sanitarios en países con altos estándares de calidad.

El anuncio fue realizado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, quien calificó la medida como un "histórico cambio de paradigma" y el "broche de oro" de la agenda económica de 2025

Según explicó el funcionario, durante décadas la Argentina impuso barreras burocráticas que aislaron al país del comercio internacional: duplicación de ensayos, certificaciones locales innecesarias, controles superpuestos y requisitos que no existen en economías desarrolladas. "Argentina empieza a confiar en estándares internacionales y deja de reinventar la rueda", sintetizó.

Sturzenegger sigue desregulando

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El nuevo esquema se apoya en una lógica central: si un producto ya fue autorizado en mercados con sistemas regulatorios exigentes, no habrá obligación de repetir los trámites en el país. El decreto reconoce esas certificaciones extranjeras y evita duplicar controles, lo que, según el Gobierno, se traducirá en más competencia, menores costos y una baja de precios para los consumidores. El alcance es amplio y abarca a todos los productos que requieren certificaciones técnicas o de seguridad.

Uno de los cambios más relevantes del nuevo decreto es la eliminación de los llamados "canales rojos normativos" en la Aduana. A partir de ahora, los controles aduaneros solo podrán basarse en matrices de riesgo objetivas o en verificaciones aleatorias, lo que reduce la discrecionalidad y los tiempos de despacho.

Con el nuevo régimen, productos médicos de bajo y mediano riesgo -como sillas de ruedas-, productos domisanitarios, artículos de limpieza y desinfección, y todos los bienes industriales alcanzados por reglamentos técnicos podrán ingresar al país sin certificaciones locales si ya están autorizados para la venta en mercados como Australia, Estados Unidos, la Unión Europea, Japón, el Reino Unido, Israel y los países de la EFTA.

Desde el Gobierno aseguran que el impacto será una baja significativa de precios, similar a la observada en otros sectores donde se avanzó con la apertura comercial. En la visión oficial, menores precios implican mayor poder de compra, más consumo en otros bienes, mayor bienestar y un efecto positivo sobre el empleo.

Sturzenegger destacó además que el proceso demandó casi dos años de trabajo y enfrentó resistencias internas, temores al cambio y presiones sectoriales. 

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