A qué inversores apunta Caputo con el nuevo bono en dólares

Es la primera emisión de deuda soberana en moneda extranjera en casi ocho años. El Ministerio de Economía quiere medir el apetito del mercado y preparar el terreno para colocaciones más grandes en el exterior.

A qué inversores apunta Caputo con el nuevo bono en dólares

Por: Juan Manuel Lucero

 El ministro de Economía, Luis Caputo, volvió a sorprender al mercado financiero con el anuncio de un nuevo bono en dólares bajo legislación local, la primera emisión soberana de este tipo desde hace casi ocho años. 

Aunque el monto no será elevado y el plazo es corto, la señal política y financiera es fuerte: el Gobierno quiere probar el interés real de los inversores antes de avanzar hacia emisiones más grandes en Nueva York.

Según coinciden analistas privados, la jugada apunta a "testear la temperatura del agua". Caputo busca medir cuánto están dispuestos a pagar hoy los inversores por deuda argentina en dólares y, con ese dato, habilitar en los próximos meses colocaciones más robustas para rollear vencimientos sin usar reservas.

La licitación tiene como objetivo implícito captar más de u$s 1.000 millones, dinero que luego se destinará al pago de parte de los vencimientos de los Bonares 2029 y 2030 en enero.

Argentina vuelve a los mercados.

Para la consultora Outlier, hay señales claras de que el Gobierno quiere evaluar el clima del mercado: no se informó un monto máximo de emisión, lo que da flexibilidad para ajustar según la demanda. La firma calcula que, por rendimiento, el precio teórico podría ubicarse cerca de u$s 87,7, aunque especula con que Economía buscará endeudarse a una tasa de un dígito, lo que llevaría el precio a la zona de u$s 90.

Según los especialistas, detrás de esta estrategia aparece una hipótesis central: que para ese año el país contará con exportaciones récord del campo, la minería y Vaca Muerta, lo que facilitaría los pagos futuros.

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A qué inversores apunta Economía

Caputo sabe que este bono atraerá a un perfil muy específico. Según la sociedad de Bolsa PPI, uno de los segmentos clave son los inversores que tienen dólares atrapados por los controles cambiarios. Para ellos, el nuevo título podría representar una salida o una oportunidad de arbitraje, hoy cercano al 2,7%.

Otra hipótesis sugiere que el Gobierno podría necesitar estos bonos para una eventual operación de "repo" con bancos privados internacionales.

El ministro Caputo busca un ingreso de divisas.

La consultora 1816 estima que la emisión saldrá con una TIR menor al 9%, un guiño para futuras colocaciones bajo legislación extranjera. Esto, además, implica que el principal foco de interés está en inversores locales, no en los fondos del exterior.

¿Por qué? Los bancos argentinos tienen hoy una liquidez elevada en dólares gracias al crecimiento de los depósitos privados. Pero, según remarcan los analistas, no han estado invirtiendo en Bonares, por lo que no está claro que vayan a lanzarse a este nuevo título sin algún incentivo normativo adicional.

¿Y los inversores extranjeros?

Para Outlier, el hecho de que el bono salga bajo legislación local podría alejar a los grandes fondos internacionales, que suelen preferir emisiones bajo normativa estadounidense.

De todos modos, destacan que lanzar el bono ahora tiene un objetivo político y financiero concreto: mostrar capacidad de rollover en un contexto de rumores por las reservas netas y los próximos pagos. Esta señal pretende sostener el proceso de baja del riesgo país, clave para futuras emisiones internacionales.

En el mediano plazo, el éxito o fracaso de esta operación será un termómetro de la confianza que despierta el programa económico y del apetito real de los inversores por volver a financiar al país.

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