El sector cárnico advierte que, sin políticas de incentivo ni previsibilidad, la recuperación del consumo podría derivar en aumentos de precios y desabastecimiento interno.
¿Carne más cara?: Argentina tiene el menor stock bovino desde 2012
La industria ganadera argentina encendió las alarmas tras confirmar que el stock bovino nacional cayó a 51,6 millones de cabezas, su peor nivel desde 2012. La cifra representa una pérdida de 2,6 millones de animales en solo dos años, atribuida principalmente a los efectos de la sequía prolongada y a liquidaciones forzadas por falta de rentabilidad.
La advertencia se dio durante un encuentro organizado por la Mesa Nacional de las Carnes, replicado por Ámbito, en el que participaron referentes de toda la cadena productiva. Allí se discutió no solo el impacto coyuntural del clima, sino también la falta de políticas estructurales que permitan un desarrollo sostenido.
Más habitantes, misma cantidad de ganado
"En 1978, con 25 millones de habitantes, Argentina tenía 50 millones de cabezas. Hoy, con 46 millones de personas, seguimos con el mismo rodeo", comparó Ernesto Lowenstein, de la Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica). Su análisis grafica un estancamiento de décadas en la producción ganadera, que quedó atada a la falta de incentivos concretos para los productores.
La consecuencia inmediata de esta situación es una capacidad industrial ociosa: muchos frigoríficos están operando con márgenes mínimos y una baja en la faena por falta de hacienda lista para enviar al matadero.
Consumo en leve repunte, pero sin respaldo productivo
En mayo, el consumo de carne repuntó levemente y alcanzó los 49,5 kilos por habitante al año, aunque aún por debajo del promedio histórico. En 2024, el consumo había caído a 47,7 kilos, el segundo nivel más bajo desde 1914.
"Si se consolida una mejora salarial, puede aumentar el consumo, que representa el 70% de la producción. Pero sin animales suficientes, eso podría disparar los precios", advirtió Sebastián Bendayán, gerente de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe (Cafrisa).
Competencia internacional desigual
En el plano exportador, Argentina también muestra signos de deterioro. Según Miguel Jairala, del Consorcio de Exportadores ABC, el país perdió lugar frente a Brasil en el competitivo mercado chino, que representa el 60-65% de las exportaciones cárnicas.
"Estamos pagando entre un 25% y un 30% más por los animales que nuestros competidores brasileños. Eso nos deja fuera de juego", explicó Jairala. La falta de competitividad, sumada a la presión fiscal, limita la capacidad de inversión y crecimiento del sector.
Falencias en el Senasa y competencia desleal
El estado del Senasa fue otro punto crítico del encuentro. Se denunció la falta de recursos, personal y coordinación, lo que obliga a provincias como Santa Fe a asumir tareas de control sanitario por su cuenta. "Si los fondos de los servicios prestados volvieran al Senasa, hoy tendríamos un organismo más sólido", lamentó Lowenstein.
Además, las diferencias entre las exigencias sanitarias de las plantas habilitadas a nivel nacional, provincial o municipal generan un escenario de competencia desleal y despareja calidad en los productos.
Incertidumbre para el segundo semestre
El coordinador de la Mesa de las Carnes, Dardo Chiesa, señaló que la desconfianza del productor es uno de los factores que más frena la inversión. "El ganadero está golpeado, sin mercados rentables y con reglas que cambian constantemente", sostuvo.
Con un stock en niveles críticos, precios externos desfavorables, una industria en retroceso y un consumo interno que podría repuntar, el escenario para la carne en lo que resta de 2025 es de alta incertidumbre.



