EFTA-MERCOSUR: Suiza y Noruega destacan el acuerdo de libre comercio

Los embajadores de Suiza y Noruega en Argentina defendieron este martes la importancia estratégica del acuerdo de libre comercio entre la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) y el MERCOSUR, firmado el pasado 16 de septiembre tras ocho años de negociaciones. El tratado, que liberaliza el 97% de las exportaciones entre ambos bloques, es considerado un paso decisivo para la integración birregional en un escenario de creciente proteccionismo global.

Según las proyecciones, el comercio bilateral podría aumentar entre 20% y 40% en los primeros años de vigencia, con un potencial de crecimiento de hasta 50% hacia 2040, replicando experiencias previas en Centroamérica.

El embajador suizo Hans Bortis subrayó que el tratado "no solo baja aranceles, sino que abre confianza para inversores". Por su parte, el embajador noruego Halvor Sætre lo calificó como un "acuerdo de quinta generación", que equilibra el libre comercio con la sustentabilidad: "Incluye períodos de transición y cláusulas de salvaguarda que lo hacen bien manejable y maduro".

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El pacto incorpora capítulos sobre bienes, servicios, inversiones, propiedad intelectual, compras públicas y desarrollo sostenible. A diferencia del acuerdo que negocia la Unión Europea con el MERCOSUR, este tratado es exclusivamente comercial, sin cláusulas políticas.

El desafío inmediato es la ratificación parlamentaria en los ocho países firmantes. En Suiza, donde el sector agrario mantiene peso político pese a representar menos del 3% del PIB, no se descarta un referéndum. Bortis recordó que los agricultores suizos cuentan con 40 diputados propios en el Parlamento y que la política agrícola difiere radicalmente de la argentina: "Aquí se imponen retenciones e impuestos; allá está completamente subvencionada desde la Segunda Guerra Mundial".

Sectores de izquierda y grupos ecologistas también podrían movilizarse contra el acuerdo, con argumentos ligados a la deforestación amazónica y el impacto ambiental. Sin embargo, Suiza tiene un historial de apoyo a la integración: en 30 años, la población votó favorablemente en 7 de 12 consultas sobre cooperación europea.

Geopolítica y pragmatismo

Los diplomáticos sudamericanos resaltaron el valor estratégico del tratado más allá de los números. El embajador brasileño Julio Glinternick Bitelli lo describió como un ejemplo de "pragmatismo moderado" en un bloque con gobiernos de distinto signo ideológico. Además, señaló su efecto demostración, que ya despertó interés de países como Canadá, Japón, Indonesia, Vietnam, El Salvador y República Dominicana.

Por su parte, el embajador uruguayo Diego Cánepa lo calificó como "un cambio de paradigma" al permitir, por primera vez, que el acuerdo entre en vigor de forma bilateral entre un país de cada bloque, sin necesidad de esperar a todos los parlamentos. Uruguay busca ser el primero en ratificarlo durante el primer semestre de 2026.

Efecto sobre la Unión Europea

El dinamismo de la EFTA podría acelerar el estancado acuerdo MERCOSUR-UE. "Mis amigos europeos me dijeron: ‘Es una pena que ustedes fueran más rápidos'", ironizó Bortis, señalando la menor complejidad de negociar entre cuatro países frente a 27.

El encuentro cerró con una noticia alentadora: según fuentes periodísticas citadas por el embajador brasileño, la Comisión Europea espera firmar el acuerdo UE-MERCOSUR el 5 de diciembre en Brasil, lo que sumaría impulso a la integración sudamericana.

La EFTA, integrada por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, reúne apenas 20 millones de habitantes frente a los 270 millones del MERCOSUR, pero representa mercados con alto poder adquisitivo y estándares de innovación y competitividad. Para Bortis, esa es una ventaja adicional: "Un producto del MERCOSUR que logra ingresar a mercados sofisticados como los de la EFTA también abre puertas a otros, como Alemania, Francia e Italia".

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