La NBA vivió una jornada sobrada de violencia este domingo durante el partido que Los Ángeles Lakers le ganó de forma agónica a los Detroit Pistons, por 121 a 116.
Durante un tiro libre a favor del local en el inicio del tercer cuarto, LeBron James e Isaiah Stewart forcejearon para captar el rebote. Fue entonces cuando el Rey le propinó a su rival un terrible codazo en el ojo.
Inmediatamente James quiso pedir disculpas, pero al ver la cantidad de sangre que le salía de la ceja, Stewart se volvió loco y quiso hacer justicia por mano propia. La situación se descontroló totalmente porque el basquetbolistas de los Pistons estaba fuera de sí y no lo podían retener ni de a cuatro personas.
Tras varios minutos de descontrol y nerviosismo, la calma se apoderó del recinto y ambos jugadores fueron expulsados: el de los Lakers por la agresión y Stewart por la desmedida reacción.