La Justicia europea reconoció que el uso comercial de una marca no depende solo de fabricar el producto original. Ferrari retiene el nombre Testarossa.
Europa falló a favor de Ferrari y sentó un precedente para marcas icónicas
El Tribunal General de la Unión Europea respaldó a Ferrari en un conflicto legal que duró casi una década y que podría tener consecuencias significativas en el modo en que se protegen las marcas históricas. El caso giraba en torno al icónico nombre Testarossa, emblema de la automotriz italiana durante los años '80 y '90, y que estuvo en riesgo de ser liberado al dominio público.
El origen del litigio se remonta a 2017, cuando una firma alemana dedicada a la fabricación de juguetes denunció que Ferrari había dejado de usar comercialmente la marca Testarossa por más de cinco años. De acuerdo con la legislación europea, este vacío habilitaría a terceros a reclamar el uso del nombre, al considerarse "abandonado".
La situación parecía favorable a la empresa alemana cuando, en 2023, la Oficina de Propiedad Intelectual de la UE falló en su favor. Pero Ferrari no se quedó de brazos cruzados. Apeló la resolución y finalmente logró revertirla, según informó la revista Parabrisas.
Un nuevo criterio para proteger el legado
En su sentencia reciente, el tribunal europeo estableció que Ferrari no dejó de usar la marca, aunque ya no fabrique el modelo original. Argumentaron que la automotriz continúa comercializando repuestos, réplicas, productos con licencia oficial, certificados de autenticidad, y que incluso revende modelos clásicos Testarossa a través de su red oficial. Todo esto fue considerado como un uso legítimo y activo del nombre.
Este criterio sienta un precedente jurídico importante: la explotación comercial indirecta de una marca, ligada a productos discontinuados pero aún con valor simbólico y económico, es suficiente para conservar sus derechos legales.
Más allá de Ferrari: un fallo con impacto transversal
Si bien el veredicto resuelve un caso puntual, su alcance podría ser mucho más amplio. Expertos en propiedad intelectual consideran que esta decisión abre la puerta a proteger nombres históricos en múltiples industrias. Desde la moda y los relojes hasta la tecnología y el mundo del juguete, este fallo refuerza el concepto de que una marca no muere cuando el producto deja de fabricarse.
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Ferrari Testarossa no es solo un auto de culto, sino un activo de marca con valor simbólico y económico. Y ahora, también, con respaldo legal europeo.
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