La víctima tenía 48 años. Fue atropellada por el conductor de un auto en las inmediaciones de calles Alvear y Reconquista.
Isabel Morales, de 63 años, fue al kiosco y quedó en medio de una balacera en el barrio Campo Pappa. Un proyectil dio en su cabeza y la mató. Dos de los participantes de ese enfrentamiento admitieron la responsabilidad en un juicio abreviado a cambio de una condena más leve.
El jurado popular encontró culpables a los tres acusados, pero consideró que no actuaron con premeditación en el crimen. Sin embargo, el magistrado, que es quien dicta la sentencia, le impuso el máximo de las penas para cada uno de los delitos en los que estaban imputados.
Enzo Falaschi y Matías Morales permanecerán en sus casas de Mendoza, con tobillera electrónica, a la espera de que se resuelva su extradición al vecino país. Debieron pagar 10 millones de pesos de fianza.
Mucha tensión se vivió al lado del Club La Dormida, cuando un hombre de 30 años con restricciones de acercamiento hacia su familia trepó muy alto y amenazó con lanzarse. Antes de las 21, descendió y volvió la tranquilidad.
El acusado, en un juicio abreviado, obtuvo apenas un poco más de la pena mínima (8 años de prisión) como condena por abusar sexualmente de un niño en situación de adoptabilidad que convivía con él.
La madre del acusado fue la que le salvó la vida a la chica. Por las calificaciones de los delitos, podría recibir hasta 30 años de prisión.
La víctima atendía un local de ropa cuando fue sorprendida por los delincuentes. La asaltaron e intentaron abusarla.
Es apodado "La Bruja", tiene 48 años y ya cumplió dos condenas por abuso sexual. La denunciante, de 24, detalló agresiones sexuales que fueron consumadas con distintos objetos.
Fueron capturados tras una serie de allanamientos realizados por la Unidad Investigativa de Godoy Cruz. Tenían pedido de captura por un ataque armado ocurrido en junio, en el que un joven fue herido de bala.
Fue abordada por dos hombres en un auto mientras esperaba el colectivo. La introdujeron por la fuerza en el vehículo, hasta que pudo arrojarse del coche y se escondió en un canal de riego, desde donde llamó al 911. Fue trasladada al Notti para que le realicen distintos exámenes.
La Policía lo descubrió porque identificó sus tatuajes.