El Mundial y el interminable curro pseudocientífico de los adivinos

El Mundial y el interminable curro pseudocientífico de los adivinos

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Es insoportable. Cada vez que Argentina va a jugar un partido importante, aparecen los chantas de siempre a intentar adivinar el resultado.

No falta nadie, todos se ponen en fila, uno tras otro, a efectos de augurar cómo terminará el partido.

No se atreven a puntualizar en detalles, solo dicen vaguedades de la talla de “va a ganar Argentina”, “Messi hará un gran papel”, “la selección se desempeñará muy bien”, etc.

Cuando fallan los augurios, el silencio se hace presente y los “curranderos” juegan a que el paso del tiempo deje en el olvido sus pifies.

Un partido como excusa para currar

Sin embargo, cuando la pegan, aunque sea mínimamente, salen por todos los canales de televisión a florearse.

La victoria de anoche de Argentina sobre Ecuador no fue la excepción. Los clarividentes salieron de sus madrigueras a hacerse cargo de una victoria que jamás vaticinaron en detalle.

El único que acertó concreta y puntualmente es Gastón Sofriti, y no por haber tenido un don excepcional, sino simplemente porque se la jugó y la pegó, bajo las inmanejables leyes del azar.

Ver además: Sépanlo, los poderes paranormales NO existen

“Hoy es el día en que se destapa el arco y Messi clava 3... lo sé! Vamos Argentina!! Un mundial sin vos no es lo mismo”, sostuvo el conocido actor en su cuenta de Twitter.

Dicho sea de paso, hace 20 años que ofrezco 10 mil dólares a cualquiera que demuestre tener poderes paranormales. Jamás nadie ha logrado hacerse con ese dinero, aun cuando intentaron ganarlo tarotistas, clarividentes, espiritistas e incluso rabdomantes.

No insistan, los poderes paranormales no existen

Es gente que insiste en proclamar sus poderes para poder currar a los incautos. Sin embargo, nadie puede explicar cómo es posible que gente que puede ver el futuro no logre acertar al Quini 6, la Quiniela o cualquier otro juego de azar.

Está vigente más que nunca aquella añeja frase del argentino Mario Bunge: “Las pseudociencias son como las pesadillas: se desvanecen cuando se las examina a la luz de la ciencia”.