El regreso de la mayor estafadora del Telar de la abundancia de Mendoza

El Post la deschavó, pero la mendocina, trabajadora del Poder Judicial, insiste en currar con el sistema piramidal. Más damnificadas.

El regreso de la mayor estafadora del Telar de la abundancia de Mendoza

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Sorprende cómo, a pesar de todo lo que se reveló y la cantidad de damnificados que aparecieron, el Telar de la abundancia sigue vivito y coleando.

Se trata de la estafa piramidal que oportunamente reveló el Post y que se vende como un sistema de colaboración “solidaria” entre mujeres, dinero mediante.

Es muy didáctico y florido —de hecho, es en forma de flor— pero en el fondo no es más que otro curro a través del cual unos pocos vivillos se hacen con el dinero de muchos otros.

En Mendoza, a la cabeza del engaño se encuentra una mujer que dice llamarse Anahí Zeligueta, pero cuyo nombre real es María Edith y trabaja en el Poder Judicial de Mendoza. El curro lo descubrió en un viaje a Playa del Carmen, México, donde la estafa del telar ha dejado miles y miles de damnificados y ha sido prohibido en algunas zonas del mismo país.

“Zeligueta se dedica a captar incautos en la zona de Tupungato. Lo hace con envidiable eficacia y ha logrado embolsar mucho más dinero que cualquier otra mendocina dedicada a este menester”, publicó este diario el pasado 29 de octubre.

Entonces se reveló que, en lugar de pedir 2 mil pesos y prometer el recupero de 18 mil, la mujer pide de a 18 mil bajo la promesa de que devolverá 200 mil pesos. Toda una osadía.

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Todo empezó a principios de 2016, cuando se creó un grupo denominado “Renacer”. Allí, de a poco, empezaron a confluir las mujeres que poco a poco serían estafadas.

No pasó demasiado tiempo: pronto comenzaron los reclamos y Zeligueta empezó con las excusas. “Del Renacer hay que esperar a empoderarse, no se devuelve (el dinero)”, dice uno de los tantos mensajes a los que accedió el Post. Son parte de un chat que mantuvo con las incautas a las que poco antes engañó.

Esta es Zeligueta, la señalada por las damnificadas

En el mismo grupo, les advierte que “nadie las forzó” a ingresar al Telar y, por si hiciera falta, aclara: “No hago milagros yo”.

Lo interesante es que, a los testimonios recogidos por este diario en esos días, se sumaron en las últimas horas una docena más, la mayoría provenientes de Tupungato y Tunuyán.

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Todas coinciden en señalar a Zeligueta, pero le agregan tres nuevos nombres: Liliana Puebla, y Alejandra e Ivana Salvatierre. “Es una madre junto a sus dos hijas, ellas son las que reciben el dinero y se lo dan a Anahí”, reveló María, una de las damnificadas.

Alejandra e Ivana Salvatierre

-¿Cuándo empezó lo tuyo?

-En agosto del año pasado y todavía sigo reclamando. Esperaba recuperar la guita que perdí, pero luego vi la nota de ustedes y supe que esta mujer era una estafadora.

La típica estafa piramidal

-¿Cómo te engancharon?

-Me describieron el sistema, ellas le llaman “telar de empoderamiento femenino”. Incluso cobré dos regalos y medio, dos los cuales se los di a Alejandra Salvatierre. A esa plata ellos la llaman “baqueo” o “ayudada”.

-¿Tuviste contacto con otras personas estafadas?

-Sí, con varias. Incluso con la que hizo la denuncia judicial contra Zeligueta, que ustedes entrevistaron en su momento.

-¿Cuántas estafadas encontraste?

-De Tupungato 6 y de Tunuyán 3.

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Otra de las damnificadas es Patricia, quien advirtió de entrada: “Yo me metí en esto pensando que funcionaba”.

-¿La conocés a Zeligueta?

-A Anahí la vi dos veces, sí.

-¿Vos caíste en la trampa?

-Sí, me la hicieron muy bien, pero no solo a mí. Esta gente debe mucha plata a mucha gente. Hay chats que lo demuestran.

-¿Conocés a Liliana Puebla, y Alejandra e Ivana Salvatierre?

-Sí, fueron las intermediarias de todo esta estafa. Son gente que no trabaja y maneja mucho dinero, autos cero kilómetro... madre e hija.

-¿Cuándo descubriste que era un curro?

-Esto empezó en agosto y se cayó en septiembre.

-¿Hay muchas personas damnificadas?

-Muchísima, pensá que en uno de los grupos llegó a haber 170 mujeres, de Tupungato y Tunuyán. A una de las pocas que tuvo suerte, de 18 mil pesos le han dado dos mil. Otras ni eso cobraron.

-¿Qué te dicen cuando reclamás?

-Te ignoran, y si te atienden te tratan como si fueras tarada, sobre todo cuando llamás para reclamar.

Un tercer testimonio es el de Paola: “Yo estoy preparando una denuncia judicial, tengo abogado y todo”, dijo al Post.

Los damnificados por el Telar se multiplican al paso de los meses

-¿A quién estás denunciando?

-A Anahí Zeligueta y a las mujeres que operaban para ella. Han hecho estragos. En Guaymallén pusieron plata 6 personas porque les dijeron que necesitaban operar una nena y ni siquiera sabemos si es cierto.

-¿Cuánto dinero levantaron las que curraron?

-Muchísimo, pensá que en uno solo de los grupos cobraron tres veces 180 mil pesos. Hacé la suma.

Por lo que pudo saber este diario, hay casos terribles, como el de Cristina de Luján, que vendió su auto para meterse en el “negocio” y terminó siendo estafada.

A otra chica, Rocio, que estaba embarazada, la hicieron tener contracciones a los tres meses, por los nervios.

A una tercera, que reclamó para comprar remedios anticonvulsivos, también la maltrataron. No se trata de especulación periodística, sino de hechos concretos de los cuales el Post posee elementos concluyentes.

Está claro que el Telar sigue dejando tendales de víctimas por doquier, este diario ha publicado testimonios sin cesar. La pregunta ya no es “cómo” lo hace sino “hasta cuándo”.