En defensa del periodismo honesto

En defensa del periodismo honesto

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Es incorrecto, soberbio, en parte imprudente. Periodistas no deben defender a periodistas. No sé de dónde salió esa imbecilidad, pero es como un dogma al que nadie gusta transigir.

Sin embargo, voy a hacerlo, solo para hacer mención a un gran colega y amigo, Luis Gasulla, uno de los mejores hombres de prensa de la Argentina, con cualidades de las cuales muchos carecen.

Es valiente, honesto, independiente, y se mete en callejones que otros ni siquiera saben que existen.

Lo hace con precisión de cirujano y paciencia de clérigo. Si hubiera vivido a principios del 1.900 sería uno de esos mukrakers —rastrilladores de estiércol— que gustaba señalar Theodor Roosevelt. Claro, lo hacía para señalar a los mejores periodistas de investigación de la época.

Luis es de esa escuela, que lamentablemente ya no existe. De los tipos que viven ajustados para llegar a fin de mes, pero que aún así no cede a las tentaciones de las prebendas.

Si quisiera, podría estar acomodado en alguno de esos sitiales de privilegio que cobija a los Brancatelli, los Víctor Hugo o los Barone. No obstante, como dije antes, Luis no está dispuesto a ceder. Sus principios son fuertes e inamovibles.

Imagino que, por momentos, cuando sufre ciertas embestidas fuertes por parte del poder, Luis debe dudar de esos principios.

Pero también especulo que hay algo más fuerte que él, una fuerza superior que lo obliga a ser como es… que no lo deja bajar los brazos en su pelea personal.

El precio que paga por ser así, es altísimo, oneroso, tormentoso. Ello explica por qué muchos colegas esquivan ese sendero. ¿No es más sencillo cobrar y callar?

Es necesario mencionar todo lo antedicho a cuenta de lo que le pasó a Luis en las últimas horas, cuando un esbirro de Jorge Capitanich quiso ponerlo en aprietos en el marco de una conferencia de prensa referida al escándalo Carbón Blanco.

Se trata del subsecretario de Seguridad de Chaco, Mauro Flores, quien acusó a Luis de cobrar dinero del narcotráfico. Eso sí, lo hizo sin aportar ningún elemento que sostuviera semejante señalamiento. ¿Se puede ser tan irresponsable?

Cuando supe lo ocurrido, me contacté con mi amigo para solidarizarme con él. Me sorprendí porque lo noté tranquilo, molesto de alguna manera, pero riéndose del mal momento que le hizo pasar a Flores.

Eso me decidió a escribir esta carta, para desagraviarlo. Por muchos motivos, pero principalmente porque lo conozco como pocos.

Soy capaz de apostar lo que tengo —y lo que no tengo también— a quien pueda mostrar una sola prueba de corrupción que involucre a Luis. ¿Cuántos periodistas resisten tal archivo?

No estamos hablando solo de un buen colega, sino de uno excepcional, y de una persona de una calidad magnífica.

Alguna vez, el gran maestro Ryszard Kapuscinski sostuvo que no se puede ser buen periodista si no se es buena persona… Está claro que esas palabras fueron escritas pensando en el gran Luis Gasulla.