Duro informe de Cimadevilla luego de ser eyectado de la Unidad AMIA
A principios de marzo de este año fue desactivada la Unidad Especial de investigación del atentado a la AMIA. Ello dejó a Mario Cimadevilla fuera de juego.
Quien ayudó a removerlo de su cargo fue Germán Garavano en el marco del juicio por encubrimiento al ataque contra la mutual israelita.
Todo estalló después de que el ministro de Justicia decidiera retirar la acusación que pesaba contra los exfiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, en un gesto que terminó de coronar la impunidad.
En ese contexto, en las últimas horas, Cimdevilla, junto a los integrantes del comité que fue desactivado, dio a conocer un documento que aterrizó en la redacción del Post. Se titula "Informe de disolución de la Unidad Especial AMIA" (ver completo al pie).
Según el paper de marras, dicha investigación "ha quedado amarrada a previas determinaciones de hipótesis de verdad sentadas por flojas decisiones anteriores, que no acusan ingenuidad epistemológica, sino simple inercia, hipocresía, cobardía o directa complicidad institucional".
A su vez menciona el "entramado de delitos, negocios y negociados, relaciones malsanas y clandestinas, intereses económicos, estratégicos y diplomáticos en el que se pergeñó, ejecutó, enmascaró y encubrió al atentado contra la AMIA" que "ha sido apenas rasguñado con las investigaciones simuladas durante más de dos décadas".
El mismo informe se pregunta por qué jamás se investigó la pista siria: "Operadores oriundos de Medio Oriente -mayoritaria u ostensiblemente sirios- comenzaron a recibir autorizaciones o mandatos para ofrecer armas argentinas, se pactaron algunas operaciones, y no se ha investigado con precisión cuántas se concretaron".
Y añade: "Un grupo con vínculos familiares y orígenes regionales en Siria adquirió manifiesta influencia y participación en Presidencia de la Nación, Cancillería, Aduanas, servicios logísticos, depósitos fiscales y aeropuertos".