Luego de que el gobierno decidiera multar al sindicato de Camioneros, los Moyano decidieron declarar la guerra a Macri. Trasfondo de una lucha para alquilar balcones.
Macri versus Moyano, la guerra que viene
Hugo Moyano es un tipo vivo, pero no es nada nada inteligente. Pareciera que se trata de una misma virtud, pero no.
La abuela de quien escribe estas líneas lo definía de esta manera: "Vivo es aquel que sabe salir de situaciones en las que el inteligente no se hubiera metido". Está claro que el camionero cabe dentro de este preciso precepto.
Con la extorsión como método, a Moyano le ha ido muy bien a lo largo de las últimas décadas, logrando beneficios que no podría haber conseguido de ninguna otra manera.
Moyano, con la extorsión como método
Sus aprietes lo alejan de la ciudadanía, la cual observa su figura "amenazante", lejana del estereotipo de dirigente gremial que lucha por los derechos de los trabajadores.
Lo mismo ocurre con los diversos gobiernos, que suelen sentirse intimidados por el camionero y sus métodos violentos. Desde los días de la dictadura militar a la fecha, todos han cedido a sus caprichos, casi siempre motorizados a través de multitudinarias marchas enmascaradas en supuestas protestas sociales.
Ver además: Camioneros deberá pagar una multa de 800 millones
Ahora, en las últimas horas ha aparecido en el horizonte un nuevo foco de conflicto con el macrismo, luego de que el gobierno decidiera multar al gremio Camioneros en 810 millones de pesos por haber hecho caso omiso a una conciliación obligatoria impuesta en diciembre de 2017.
"Que se banquen la reacción de los trabajadores", dijo el hijo de Hugo Moyano, Pablo, luego de conocida la medida, impulsada por el Ministerio de Trabajo de la Nación. Es una velada amenaza, cuyos detalles se darán a conocer hoy al mediodía desde la provincia de Formosa.
Pablo Moyano promete venganza
Ante lo que viene, Macri pergeña moderar a los camioneros con la siempre eficaz estrategia del "palo y la zanahoria".
Por un lado, reglamentará el decreto que le "regala" a ese gremio $4.000 millones que supuestamente se le adeudan por reintegros de tratamientos de alta complejidad. Tiene que ver con las obras sociales sindicales y, particularmente, OSCHOCA, la obra social de Camioneros.
"No le tenemos miedo a nadie, solo nos arrodillamos ante Dios", dijo Hugo Moyano.
Por el otro, ayudará a motorizar un proyecto que firmó oportunamente Elisa Carrió, que propone modificar la Ley 23.551 de Asociaciones Sindicales.
La movida de "Lilita" busca que la dirección y administración sean ejercidas por un órgano de por lo menos cinco miembros y con mandatos que no excedan los cuatro años, "teniendo derecho a una única reelección dentro del órgano, sin consideración de si se trata del mismo o de diferentes cargos".
Macri usará a Carrió como punta de lanza
Entre los fundamentos del proyecto, se menciona: "Es de público y notorio conocimiento que la mayoría de las cúpulas sindicales son manejadas por los mismos representantes durante décadas y hasta observamos casos en los que los mandatos son luego continuados por los hijos. Esta realidad debe ser transformada. Resulta imperativo dotar a los trabajadores de herramientas que aseguren su libre participación en sus propios gremios".
Está claro que la declaración de guerra ha sido firmada, solo resta ir alquilando balcones.
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