Quincho: Mesa chica, dólar grande, y una "batalla de los sexos"

Lo que viene es ajuste. Nadie sabe el tamaño. La pulseada gigante y subterránea por el lugar que se abrió en la Corte. Sanz y Cornejo, en la mesa de decisiones.

Quincho: Mesa chica, dólar grande, y una "batalla de los sexos"

Por: Mendoza Post

Setenta y dos horas de preparativos. En menos tiempo, los especuladores se habían llevado ocho o nueve mil palos de “timba” con la corrida cambiaria. Era lo que le insumió a Julián preparar un buen locro patrio. Había adornado el quincho con banderas argentinas, y les había exigido a sus amigos que trajesen escarapelas, qué mierda.

Julián estaba harto de la grieta. No los aguantaba más. Ni a unos, ni a otros. Y después del Mundial arrancaba la campaña para 2019. Más temprano que nunca.

El asunto es que -para ponerse a tono- el gordo había armado un tremendo locro bien argentino. Tanto, que para cada uno de los preparativos se había acompañado con mate, sopaipillas, y unas chacareras atronando en el ambiente. Vamos Argentina, carajo, que estamos condenados al éxito.

El locro de Julián era de los más exitosos de la comarca. El secreto estaba en hacerlo con maíz partido amarillo –el blanco lo dejaba para preparar una verdadera mazamorra con leche, vainilla y canela de postre- y utilizar sólo “zapallo de plomo”, o zapallo gris, que le deba una consistencia especial al potaje. También le pondría algunos ahumados, para dotarle del verdadero olor a campo del locro. Un día para las compras, otro más para cortar, hervir y desgrasar lo más posible cueritos, patitas, orejas y huesitos de chancho, y para poner en remojo los porotos y el maíz. Y el día de la cena, el armado final.

Peteco Carabajal le cantaba a una santiagueña fondeada en su trinchera, mientras el gordo metía al fuego su olla de “rancho”, en la que podía cocinar hasta 100 porciones de lo que fuese. Ya había puesto a hervir un tercio más de agua de lo que podría ocupar de espacio su locro, y puso a hervir porotos y maíz. Aparte, en su marmita de hierro, puso a sellar y dorar algo de carne: falda, marotilla, pechito de cerdo, punta de espalda, dos lonjas grandes de panceta ahumada. Allí mismo agregó un caldo muy condimentado con pimentón, ají molido, sal gruesa, pimienta, y luego vendría la alquimia: Agregó todos los cueritos y huesitos a la olla del maíz y los porotos, sumó el salteado de carnes y panceta, el fondo de cocción, algo de tomate triturado, unos chorizos criollos que había cortado en rodajas, y cuando los porotos estuvieron casi listos, sumaría el zapallo en cubos, un rato, y por último, la longaniza española cortada en generosas rodajas. En otra hornalla se cocinaba la salsita picante, consistente en saltear cebollas picadas, verdeo, dos dientes de ajo, algo de pimentón, y abundante ají molido. Dos cucharones de eso irían al locro, y el resto, a la mesa.

El auténtico locro del quincho.

- La puta que es lindo festejar a la patria…- dijo Julián, mientras venía cómo la magia del fuego, el hierro y los olores, convocaban a los espíritus de 1810. Como buen peronista, al gordo le caían bien tanto el conservador Cornelio Saavedra, como el revolucionario Mariano Moreno. La Argentina había sido contradictoria desde su nacimiento. El Ruso le miraba y parecía escuchar los pensamientos de su amigo, mientras espiaba las nuevas proyecciones de las bodegas para este año. Dólar a 25 mangos. Nada mal. Ganaron todos los que exportan.

En el cuadro que ornamenta la pared norte del quincho, el Cabildo lucía solitario, mientras unos tipos entraban y salían como si nada, con cara de preocupación. Y nada más. El resto, había sido un invento para el Billiken.

El aroma intenso de las especias, las legumbres, las verduras y las carnes del locro habían transformado el quincho en una auténtica pulpería.

O en la Jabonería de Vieytes.

La charla se armó enseguida alrededor de una de las noticias de la semana, el reemplazo del ex radical “rebelde” Alejandro Pérez Hualde en la Suprema Corte de Justicia de Mendoza.

- Qué pesado se les va a poner… Esta vez no les van a dejar pasar a un hombre… Los colectivos feministas, las mismas que putearon a Valerio, las del “pañuelazo”, las que son dirigentes políticas tradicionales, y me animo a decir que con Laura Montero a la cabeza, van a pedir por una mujer en la Suprema Corte… ¿no? - preguntó el gordo, y le clavó la vista al Omar, el radical-radical-radical que habla con todos, por las dudas. Su amigo estaba distraído entrando por el flanco derecho a las primeras cucharadas del tremendo locro patrio que había cocinado el gordo.

- Bueno… no sé… a ver… ¿Una mujer? Primero, lo que hay que ver es qué quiere el Alfredo para la Corte, porque les recuerdo que acá no es sorteo, ni tiran penales, ni le toca uno a cada uno. El gobernador tiene que mandar los pliegos de su candidato… y en este momento no se me ocurre que tenga a mano en el staff a una mujer de su plena confianza, como para defender las posturas “anti abolicionistas” y de mano dura con los delincuentes. No se me ocurre además que el “gober” le preocupe la perspectiva de género en la Corte. Hay parvas, antes que eso, de juezas y fiscales femeninas… y de última… lo que importa es la visión humanista, de si una persona es culpable o inocente, y cuánto merece pagar al resto de la sociedad en caso de haber cometido un delito… ¿no?

- ¿Te volviste de “Corea del Centro”? – bromeó el Ruso, y los muchachos estallaron en carcajadas. Mientras se reían, el gordo reparó en que estaba abriendo uno de los vinos más perfectos que había probado, el Cabernet Franc “Graffito” de la Jimena López Campos. Al gordo no se lo ocurría un vino más masculino que ese brebaje oscuro, potente y complejo. Pero no dijo palabra y dejó que el Omar siguiera tratando de esquivar el mandoble.

Los siete de la Suprema Corte.

- Hay algunas… a ver… Teresita Day, la coordinadora del ministerio público fiscal. Pero me parece que el procurador Alejandro Gullé se corta un brazo antes de cederla. Tampoco sé si a ella le gustaría. Gabriela Ábalos, la constitucionalista y esposa de Gabriel Fidel que siempre es candidata. La defensora pública Mariana Silvestri… cualquiera de ellas puede ser. Pero el problema es si le van a meter “la impronta Cornejo” ¿no? – inquirió el Omar, y se zampó un trago del Cabernet Franc para pasar el mal rato. El Ruso se puso republicano.

- No me parece que ninguna Corte deba tener la “impronta” de un gobernador. De ninguno…- sentenció convencido. El gordo miraba divertido. Y Ludovico, el más PRO del grupo que había andado de timbreo, para remontar la peor semana de Macri, se metió.

- No es así… la “impronta” vale si es una política de Estado… no se trata de si los jueces son más o menos amigos, sino de que defiendan una idea o un grupo de ideas, que apunten a sostener una política pública de defensa del ciudadano común que labura, que madruga, que se sacrifica, que no le alcanza la guita, y que cualquier atorrante lo hiere, lo lastima, le roba, o lo mata, por una billetera. Basta de puerta giratoria, basta de comodidad, basta de las súper licencias, basta de juicios de diez años… Y bueno… si ese es el marco… está bien…

- ¿Qué hay en la gatera? – preguntó el gordo, mientras revoleaba nuevos cucharones del espeso locro del 25 –anticipado- entre sus amigos.

- El mejor candidato y el más preparado, civilista además, es Dalmiro Garay, el ministro de gobierno…- dijo el Omar.

- Bueno, que le pongan peluca, pollera, tal vez una visita a Chile… y zafa…- dijo el gordo, y los amigos se rieron hasta que les saltaron las lágrimas.

- ¿Y Gullé? – insistió el dueño de casa.

- Ni en pedo. El Alejandro no va a soltar la Procuración, donde es independiente, dicta las políticas, tiene presupuesto propio; para ir a lidiar con otros seis tipos, tal vez ocho en unos meses, en un organismo colegiado muy difícil, y donde nadie tiene poder de nada salvo que estés en la sala administrativa, o que tengas un estudio amigo muy relacionado y con capacidad de llegar con “alegato de oreja”.

- Epa…-

- No hablo de nadie en particular. Digo lo que pasa en la Corte. Escuchame… el año pasado se tomaron más de 6.000 días de licencia entre todos los jueces de Mendoza. La sala penal, es tremendo el atraso con el que sigue. Miren… la semana pasada, un amigo que circula las dependencias de la Corte le explicó a un juez cuál era el problema de la justicia de Mendoza. Y lo llevó de “tour”, a la tarde. No encontraron a nadie. Los jueces de la Suprema Corte no vieron nunca una puesta de sol desde la oficina, salvo el “Pepe” Valerio. Y con muchos jueces pasa lo mismo. Miren… el Alfredo va a tener que insistir igual con ampliar la Corte… ¿Sabés por qué los juicios de casación nunca salen a favor de los imputados? Porque la “corpo” se pegaría un tiro en el pie. Significaría reconocer que los juicios tardan siglos, que están mal hechos… qué se yo… Es un tema muy complicado. Y además, pronto se va el juez Palermo –también- a su beca de siete meses, y no seis como habían dicho.

Garay, y Rogelio Frigerio.

El Ruso intervino con algo que le habían contado.

- ¿A qué fue Ernesto Sanz a verlo a Pérez Hualde el día anterior a su renuncia?

- Varias cosas… pero algunas eran un pedido de “acelere” de parte de Cornejo, por varios temas atrasados en el altísimo y santísimo tribunal. Pero de ninguna manera el Ernesto fue a pedirle a Pérez Hualde que se vaya. Y el juez tampoco le dijo que al día siguiente se iba. Del mismo modo que no se lo comunicó a ninguno de los otros jueces de la Corte…

- Qué raro…- dijo el gordo, y la mesa cambió de tema. La crisis cambiaria, y la nueva “mesa chica” con dos participantes mendocinos. El Omar contó lo que sabía, que no era mucho.

- Se juntaron en el restaurante Oviedo, en Recoleta. Les aseguraron privacidad, pero de todos modos no había mucha gente. No hay ánimo de gastar ni un peso de más… Estaban Rogelio Frigerio, que viene al “Tedeum” mendocino y se queda a la inauguración de la plaza San Martín, en Ciudad, por supuesto “Mariu” Vidal, Rodríguez Larreta, Marcos Peña, Emilio Monzó, Gerardo Morales y Cornejo. Morales, por supuesto, un caballero. Lo pasó a buscar al Alfredo por Mendoza en avión privado, y como tenía que irse al exterior, se lo prestó para que lo traiga de vuelta a la provincia. Y la reunión… qué se yo… los del PRO están abiertos a conversar más cosas, pero la verdad es que el ajuste que viene es inevitable. La ecuación es difícil porque hay que subir ingresos, por lo que no podés “planchar” la economía e ir a una recesión que no le sirve a nadie, y bajar el gasto. No sé… hay muchas fórmulas que se deben conversar… Ganancias, retenciones… y ver quién paga el costo del ajuste. Porque va a ser inevitable… Habrá cambios en el funcionamiento del gobierno también. A Nicolás Dujovne lo van a poner en la práctica a coordinar todos los ministerios económicos y a controlar que todos bajen el gasto…- comentó el radical del grupete, mientras Julián repartía otra vuelta de Cabernet Franc.

- ¿Y el Ernesto?

- Lo comisionaron en esa mesa Cornejo y Morales… y en la Casa Rosada aceptaron. Los gobernadores van a estar más espaciados en esas reuniones, y Sanz, irá casi a “la diaria”.

Ludovico le preguntó al Ruso qué sabía del mundo bodeguero. Había escuchado que algunos “planchaban” las inversiones, a pesar del dólar a 25 que subía ingresos a lo pavote.

La "mesa chica" versión "diaria".

- A ver… es inevitable que caiga el consumo. Los sueldos han subido un 20 %, más o menos, contra un 25 % de inflación, por lo menos. La gente no va a tener plata para consumir… con lo que el mercado interno de vinos va a sufrir. Sólo si sale bien la jugada de ir al FMI, entonces capaz que para octubre/noviembre arranca de nuevo. Las bodegas grandes que exportan no van a recortar inversiones. Ni un peso. El dólar pasó de 20 a 24 pesos. Alguien que exporta… no sé… 100 palos verdes, tiene 500 millones de pesos extra de ganancia este año… ¿qué van a recortar?  Pensá que en noviembre del año pasado el pronostico era de un dolar a 18 pesos para este año, tal como figuraba en el presupuesto nacional.  Eso sí,  los que exportan en grandes cantidades no son muchos.    Las bodegas muy dedicadas al mercado interno… te diría todas las bebidas, no sólo vino, van a sufrir y recortar inversiones. Serán cinco meses duros para todos…- dijo el hombre de los negocios del grupete, sin más que agregar. Los amigos se sumieron en un silencio reflexivo.

- Menos mal que falta poco para el Mundial…- dijo el gordo, y besó la camiseta argentina que se había puesto para cocinar. La 10. Pero la del Matador.

Los muchachos hicieron un minuto de silencio. Pero por la “Argentina Potencia”.

La cena fue llegando a su fin. La mazamorra criolla, aquel postre colonial de maíz blanco hervido en leche, azúcar, chauchas de vainilla, y espolvoreado con canela, completó la cena patria. Los amigos se abrigaron y partieron rumbo a los autos.

- Gordo… los bancos no están prestando un peso. Han restringido el crédito y se han sentado sobre la guita.

- Ya lo sé. Ni un mango, dan… Las sucursales locales no tienen poder de decisión. No están descontando cheques, ni utilizando ningún otro mecanismo de financiamiento a las pymes. Están secando la plaza de guita.

- Qué desastre…

- Sí. Y aunque el “dólar exportador” de 25 mangos viene bien, es inevitable que pase una parte a precios. Y con tasas del 40 al 43 %, no hay economía que aguante. La rueda de la financiación para producir fue destrozada en pocas semanas. Y pensar que habían bajado la tasa unos puntos. Les explotó en la mano…

- Por eso la caída de Macri es tan pesada. Y en Mendoza, viene en caída libre.

- Sí. Parece que el gobierno midió de nuevo hace pocos días y a Macri le da horrible, con algo de “efecto contagio” a gobierno provincial y municipalidades, aunque menos del daño que le está haciendo a Vidal en Buenos Aires. Pero el dato está muy guardado.

- Es lógico… Inflación, tarifas, tasa infame, recurrir al FMI. Decí que la corrida no terminó en una debacle. ¿Cómo vas a querer que la gente lo premie?

- ¿No hay esperanza?

- Si sale bien lo del fondo y en serio achican el gasto, puede que repunte. Pero alguna sonrisa hay. Dejame que te cuente una anécdota. El hijo de una persona que trabaja conmigo, logró terminar el secundario con muchísimo esfuerzo. Gente laburante… maltratada… él se mata para ganar 12 lucas, a ella la habían tomado en negro en un comercio 7 horas diarias de lunes a lunes a cien mangos por día… sin “contactos” en la política, pero conocedores del mundo perverso de los punteros. Imaginate qué laburo podía conseguir el pibe recién salido del secundario. El asunto es que se anotó en el concurso del gobierno provincial para entrar al Estado, y pasó el primer filtro. Lo llamaron… ¿Vos te imaginás la alegría, y la sorpresa de esa gente?

- ¿Le dieron el laburo?

- No. Falta, y vaya uno a saber. Pero es la primera vez que la política, desde el Estado y por derecha, les muestra algo bien hecho… ¿no?

- El problema no es solo ese pibe, que estudió, y está en una familia laburante. El problema es qué hacemos con el 30 % que está metido en la pobreza y no tiene cultura del trabajo, y de ahí a la merca, el choreo… ¿no?

- Necesitamos 20 años de crecimiento para eso… ¿Sabés qué? Tengo una idea…

- ¿Cuál?

- La primera exigencia del FMI para el gobierno debería ser que todos los funcionarios y legisladores traigan su guita al país. Hasta el último dólar, y que de paso, lo pesifiquen…

- ¿Cómo era que decía Perón?

- Lo dijo en un discurso de su primera presidencia, en la Plaza de Mayo…. “¿Alguno de ustedes vio alguna vez un dólar?”

- Si la hiciera hoy habría muchos que levantarían la mano...

- ¡Jajajajajaaaaaaaaaaa!

Y así, entre risas, chanzas, y recuerdos de la “plata dulce”, los amigos desaparecieron en el sentido estricto de la palabra.