Orozco, el restaurador

La idea de "malvinizar" un conflicto limítrofe entre departamentos de Mendoza, resulta extravagante.

Orozco, el restaurador

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

Desde hace semanas, transcurre en Mendoza un debate descabellado. Al intendente del departamento de Las Heras, el radical Daniel Orozco, le ha dado por recorrer los medios buscando instalar una extraña comparación: el fallo de la Suprema Corte que le dio a Luján de Cuyo territorios en disputa con Las Heras, es equivalente a la guerra entre Argentina y el Reino Unido por Malvinas. El intendente usó la palabra “malvinización” para referirse al fallo, varias veces. “Se ha dado la malvinización del conflicto. Es lo mismo que han hecho los ingleses al decir que las Malvinas son de ellos” declaró el 23 de noviembre cuando se conoció el fallo. En las últimas horas, ha reiterado –furioso- los argumentos, cuando se supo que más de 3.000 vecinos que creían ser de Las Heras, ahora son lujaninos.

El argumento de Orozco es muy pintoresco, por usar una palabra suave. No sería sorprendente, si escuchásemos por ejemplo a Nicolás Maduro –el extravagante presidente venezolano- anunciar que la oposición forma parte de una conspiración intergaláctica conducida por Donald Trump, que ahora quiere ir a la Luna,  para quedarse con lo que queda de su país. Pero en el caso de Orozco, la exageración sorprende. Ningún dirigente mendocino se había animado a tanto. Muchos menos, aquellos que fueron a una universidad, y al menos vivieron una etapa de educación formal que debería resguardarles de semejantes desmesuras.

Como se sabe, desde hace décadas Luján y Las Heras peleaban por territorios al oeste de la Panamericana, alguna fracción de Chacras de Coria y Sierras de Encalada. Y la Corte le dio la razón a Luján.  El camino judicial fue el que eligieron hace años las administraciones departamentales, porque no podían ponerse de acuerdo en los límites de cada uno.

El intendente Orozco pudo haber usado argumentos geográficos, históricos, políticos, hasta sociológicos, para seguir sosteniendo su postura y justificar la ridícula contratación de abogados carísimos -por cuenta de los contribuyentes de su departamento- para plantear un recurso en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pero a cambio eligió proponer que hay una “malvinización” en el conflicto, forzando incluso que debe haber una “autodeterminación” de los vecinos. 

El año pasado, Orozco reclamó jurisdicción sobre Luján Playa.

Malvinas fue un conflicto muy doloroso con 649 muertos en la guerra y más de 1.000 heridos. Además, son más de 500 los ex combatientes que se quitaron la vida después de la rendición argentina en 1982, aún 35 años después. Por lo tanto, comparar aquel desastre bélico y humano, aquella tragedia auténtica; con el resultado de un juicio determinado por un tribunal legal y constitucional; es propio de una persona que está muy desubicada.

No hay excusas para que un intendente tan importante, de uno de los departamentos “grandes” de Mendoza, caiga en semejante exceso. Ni siquiera el mapa del delito de Celso Jaque se le aproxima. Habría que bucear mucho en la historia para encontrar semejante desproporción.

Si el conflicto por las tierras del Pedemonte es Malvinas… ¿Los lujaninos qué son? ¿La Royal Navy, gurkas, kelpers? ¿Y Omar de Marchi es el general Jeremy Moore? Ya nos parecía que el intendente de Luján es “so… british”.

No se puede soslayar del análisis que hay cuestiones económicas en danza. Enormes proyectos de desarrollo, como Chacras Park, o Aguaribay, de Pulenta Desarrollos Inmobiliarios, o uno de Roberto Zaldívar, ya están en marcha. La zona en disputa tiene barrios, vecinos, comercios, boliches. Una vida económica con pulso propio.

Y de Las Heras, pasarán a Luján.

Es comprensible el enojo de Orozco. Pero las reglas de juego de la democracia, son así. Cuando hay una diferencia, la justicia lo resuelve, en múltiples instancias. Se gana, y se pierde. Punto.

Pero no es la guerra.

Y mucho menos, la de Malvinas.