Preocupa el incremento de "suicidios" de presos en comisarías mendocinas

El dato no es nuevo, pero comienza a provocar inquietud y preocupación: en los últimos tiempos, el Observatorio de la Violencia de Estado en Mendoza (OVEM) busca alertar respecto del crecimiento de “suicidios” en comisarías de Mendoza.

Son detenidos que mueren tras las rejas, pero con un patrón común: ahorcados y con posibles signos de tortura.

Según publica hoy diario La Nación —que nacionalizó el tema en su edición de este miércoles—, en la Justicia local intentan determinar, con demoras y con pocas pruebas, las causas que llevaron a la muerte a los jóvenes.

“El Poder Ejecutivo relativiza la situación, en medio de ‘portazos’, renuncias e idas y venidas en la cúpula de Derechos Humanos en la gestión del gobernador justicialista Francisco ‘Paco’ Pérez, a quien acusan de no tener una política activa en la materia y de sólo querer sacarse la foto del 24 de marzo", según el mismo matutino.

En el mismo sentido, familiares de víctimas del supuesto "gatillo fácil" insisten en que fueron asesinatos por represión y abuso policial, casos que tienen un emblemático antecedente en el asesinato del estudiante bonaerense Sebastián Bordón durante su viaje de egresados a San Rafael, en 1997.

Según datos suministrados a La Nación por la OVEM, desde enero de 2014 hasta comienzos de este año hubo ocho muertes por ahorcamiento en comisarías provinciales, lo que representa un crecimiento del 300% con respecto a los últimos diez años, cuando se producían, en promedio, 1,7 fallecimientos anuales de ese tipo.

(*) Las fotos que acompañan a esta nota son meramente ilustrativas.