Victoria, la abuela fan de los deportes extremos que debutó en Mendoza

 La mayoría de edad para aprovechar el descanso y la jubilación no es la idea de Victoria Gómez, de 67 años. 

Después de años trabajando en la empresa de tapicería para exportar de su marido, Victoria, se jubiló y comenzó a hacer lo que venía postergando hace tiempo: practicar deportes extremos, disfrutar la aventura.

Madre de dos hijos y abuela de cinco nietos, Victoria puede definirse como una "abuela todo terreno". Por que esta abuela aprovecha su tiempo libre para embarcarse en nuevas y emocionantes aventuras.

"Siempre me gustaron los deportes extremos pero antes no tenía mucho tiempo, lo dejaba porque estaba trabajando o con los chicos. Ahora me puedo dedicar a pleno", relata Victoria a diario Clarín. 

El deporte con el que debutó fue rappel, en el Cañón del Atuel, Mendoza.

"Hace unos años estaba de vacaciones en Mendoza y cuando vi un cartel que promocionaba la actividad, no lo dudé", sostiene la abuela.

"La primera vez que me subí a esos 500 metros pensé "¿Qué hago acá?". Por eso yo suelo hacer las actividades dos o tres veces. La primera vez no las disfrutás porque estás más alerta, pero la segunda ya es otra cosa", añade. 

Gracias a los deportes extremos, Victoria pudo superar uno de sus grandes miedos. "Yo nunca me sentí muy segura en el agua, pero tuve la oportunidad de hacer rafting sobre el Río Atuel y cuando me di cuenta de que no pasaba nada, perdí el miedo. Fue una experiencia hermosa ", rememora. 

Otra de las actividades que disfruta al máximo es el trekking. "Hace dos años, con mis amigas Graciela y Edith nos llevamos agua y frutas y recorrimos toda La Quebrada de Humahuaca a pie", revela. 

Al momento de elegir cómo llegar a los destinos en los que realiza estos deportes, Victoria prefiere sin lugar a dudas el micro antes que el avión. Como buena apasionada del turismo y amante de viajar, la experiencia no está completa si no aprovecha para contemplar los paisajes que se pueden observar a través de la ventanilla. 

"El micro no me aburre para nada. Incluso he ido varias veces al Sur, que es un trayecto bastante largo, y me encanta. Además, siempre voy acompañada de alguna amiga", manifiesta. 

A diferencia de lo que se suele creer, realizar este tipo de actividades a una edad tan avanzada no le trae a Victoria ningún tipo de complicación. Por el contrario, mantenerse siempre activa es lo que la revitaliza y la hace mantenerse siempre en forma. 

"Yo me siento bien, no tengo problemas de corazón y a pesar de que tengo deficiencia pulmonar, no me afecta, porque yo no paro un segundo. Algunos me dicen que estoy loca, pero es lo que me hace bien", relata, y agrega que "para bajar cambios" va a clases de yoga y de gimnasia en el Centro Recreativo de Ezeiza. 

Ser deportista extrema le genera a Victoria una gran cantidad de emociones y sensaciones. "Con cada deporte siento una adrenalina tremenda, es como estar en otra dimensión. Con el salto bungee, por ejemplo, es como si estuviera volando". 

Este mes, planea ir a Puerto Madryn para concretar uno de los proyectos que aun tiene pendiente: el buceo. 

"Nunca lo hice y tengo muchas ganas de experimentarlo, de saber qué se siente", expresa Victoria, convencida de que no hay nada que pueda detenerla.