El oficial auxiliar Gabriel Puebla contó al Post la discriminación que sufre por ser homosexual.
El infierno de ser policía gay en Mendoza
Gabriel Gustavo Puebla es Oficial Auxiliar de la Policía de Mendoza, tiene 41 años y es gay. En el año 2012 comenzó a transitar un infierno cuando asumió públicamente su condición.
En diálogo con el Post, relató los hechos de discriminación que ha vivido dentro de la fuerza policial por ser homosexual.
El detonante fue un incidente en el Parque San Martín, en el cual fue acusado de estar en "actitud sospechosa" con otro compañero, según consta en el informe que le labraron. Gabriel afirma que ese día él estaba de franco. No obstante, a raíz de ese hecho asegura que comenzó a sufrir una serie de situaciones de acoso laboral, por ejemplo, ordenarle comer solo, separado de sus compañeros.
Ante esta situación Gabriel cuenta que decidió denunciar el hostigamiento que estaba viviendo y los peritajes psiquiátricos y psicológicos de Sanidad Policial determinaron que sufría un cuadro de ansiedad y le retuvieron el arma por ocho meses.
A raíz del acoso vivido, Gabriel se separó de su pareja, con quien llevaba cinco años de relación.
En diciembre de 2012, cuando se presenta a la Junta Médica, blanquea su condición sexual y una psiquiatra de la policía le dice que "le va a ser todo muy difícil."
Debido al estrés causado por la situación, Gabriel había bajado mucho de peso. Al advertir esto, Sanidad Policial le pidió estudios de HIV. Según establece la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pedir este tipo de estudios en un contexto laboral es discriminación. En Argentina, esta prohibición se encuentra en la resolución 27015, emitida por el Ministerio de Trabajo, durante la gestión de Cristina Fernández.
Gabriel finalmente se realiza los estudios de HIV en enero de 2013 y el médico de la Junta le firma el alta con portación de arma y es designado a Sanidad Policial para cumplir funciones administrativas.
Quince días después fue designado a la Unidad de Investigaciones de Capital . Sin embargo, el director de esa dependencia pidió que nuevamente lo evaluaran los psicólogos de la Policía, tras la cual le retiraron nuevamente el arma, argumentando que sufría un cuadro de ansiedad. Hasta el 16 de enero de 2015 estuvo en la Unidad de Investigaciones, sin arma. El 13 de mayo del 2015 fue trasladado al Poder Judicial y le reintegraron el arma en guarda, es decir, sin llevarla a su casa.
Cabe aclarar que el Post intentó comunicarse con autoridades del Ministerio de Seguridad para conocer su versión respecto a la historia relatada por Gabriel, sin obtener respuesta.
Según su relato, la persecución comenzó cuando asumió su condición sexual.
La odisea en un supermercado
El 3 de octubre de 2014 Gabriel sufrió otra situación que terminó de empeorar su calvario. Ese día, se encontraba junto a su pareja haciendo compras en Wall Mart de Las Heras cuando fue abordado por personal de seguridad y fue acusado de robo, sin pruebas de ningún tipo.
Al respecto, el hipermercado nunca lo denunció. Sin embargo, en la policía le abrieron un expediente administrativo.
Gabriel presentó el descargo, no obstante, le dictaron una sanción de 60 días de suspensión, la cual no detalla si es con goce de sueldo o no. En este contexto su abogada, Fabiola Calle, interpone un recurso de aclaratoria que está vigente y que suspende todo plazo, dejando a la sanción impuesta pero no firme.
La víctima asegura que la persecución era también hacia su pareja.
Por tal motivo Gabriel se presentó a trabajar pero le dijeron que sin una orden judicial no podían dejarlo entrar. En esta instancia su abogada presentó una acción de amparo contra la provincia de Mendoza, radicada en el Juzgado Civil Nº 15, bajo el expediente Nº 252141, que está actualmente vigente. Cabe aclarar que Gabriel no cobró su sueldo correspondiente al mes de septiembre, por lo cual la medida se amplio para pedir que reciba su salario y que no sea trasladado a otra dependencia.
Según el relato de Gabriel, después del episodio en Wall Mart, el hostigamiento se centró en su pareja. En una ocasión, cuando estaba en la Unidad de Investigaciones, se fracturó una costilla colocando un bidón de agua. Sin embargo, en Sanidad Policial informaron que había sido atacado por su pareja. En otra ocasión sufrió un asalto, pero cuando presentó la denuncia no le creyeron y argumentaron que era su pareja quien lo golpeada, por lo cual lo presionaron para que lo denunciara, presuntamente para "resguardar su integridad."
Ver: Denunció que en Walmart lo trataron de ladrón
El costo
En estos años Gabriel perdió muchas cosas. Perdió a su pareja, con quien llevaba cinco años de relación y perdió principalmente el derecho a ejercer su trabajo siendo quien es. Hoy, este policía asegura que se sostiene por el apoyo de su papá y sus amigos. Mientras tanto, espera que la Justicia le devuelva su derecho a trabajar en paz sin cuestionar su vida privada.
El oficial Puebla acusa a la policía de Mendoza por discriminación.
Ver: Carta del lector: un agradecimiento a la policía de Mendoza
