Luces y sombras de una rara revancha en el Partido Demócrata

Balter hizo un acto para ratificar su participación en Cambiemos y la alianza con Macri y Cornejo. Pero se notaron los rencores. Y las omisiones.

Luces y sombras de una rara revancha en el Partido Demócrata

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

Tardó en levantar algo de temperatura, y el tono de solemnidad dominó el acto hasta el final, cuando Carlos Balter puso al servicio del PD su conocida oratoria, aguda y potente; aunque la haya usado además para “facturazos” internos y omisiones deliberadas.

Con una hora de atraso, el experimentadísimo Carlos Balter tuvo esta noche su "bautismo" como Presidente del PD –aunque asumió en diciembre- y a la vez parte de la alianza Cambiemos a nivel nacional, y de Cambia Mendoza en la provincia.

Salvo el pequeño detalle de que no invitaron al PRO como partido -un verdadero papelón- el Partido Demócrata con Balter a la cabeza se ubicó esta noche como parte de la alianza gobernante, hecho certificado en el discurso de Alfredo Cornejo primero y Federico Pinedo después, con la presencia testimonial de un puñado de dirigentes radicales, además de Cornejo y la vicegobernadora Laura Montero. Estuvieron Juan Carlos Jaliff, Rody Suárez, Tadeo García Zalazar, y otros. Hasta pasaron un video con saludos de Ernesto Sanz (UCR), y otros dos de Esteban Bullrich y Paula Bertol.

Josefina Canale, en primera fila.

Hubo algunos históricos en la platea. El más importante, Raúl Baglini, una figura local y nacional de relevancia en el radicalismo de décadas pasadas.

Más allá de los discursos correctos, fue raro ver a un Partido Demócrata que organizó un acto para certificar su adhesión a Mauricio Macri, pero que ninguneó a los dirigentes locales del PRO. No estuvieron su presidente Omar De Marchi (se fue del PD hace poco y hay enconos con Balter). A De Marchi no lo invitaron aunque otros miembros del PRO sí recibieron invitación pero tampoco estuvieron, como Gustavo Cairo o Pablo Priore. Balter no le mencionó, pero se ocupó de De Marchi en su discurso.

Fue extraño también ver al presidente de la Coalición Cívica Gustavo Gutiérrez cómo era aplaudido en un ámbito del Partido Demócrata. Hace unos años lo echaron del partido cuando se fue con Elisa Carrió. Gutiérrez fue presidente del PD en los noventa, cuando hacía una dupla política potente con un Balter mucho más joven.

Atención a la oblea del saco de Gutérrez.

Aunque tardó en completarse, ninguna de las 400 sillas quedó sin ocupar en el ala norte del Auditorio Ángel Bustelo.

Los discursos

Alfredo Cornejo y Federico Pinedo orillaron anécdotas mendocinas, recuerdos de dirigentes como los ex gobernadores Ricardo Videla, Pancho Gabrielli y el ex presidente Arturo Illia. Cornejo fue muy enfático en el final, al decir "No hay nada más popular que un Estado eficiente que gasta bien su plata". Y rescató el espíritu de Cambiemos como aquel que tiene más coincidencias que diferencias entre distintos partidos. A su turno, con su tono simple, Federico Pinedo pidió "trabajar sin miedo por los que menos tienen".

El gobernador, de visitante.

Finalmente, con la voz afectada por un resfrío, pero con mucha pasión, Carlos Balter dijo que "el partido no está muerto, y este acto es la primera notificación para los que dicen que estábamos muertos” dijo ya gritando en su segundo párrafo, luego de recordar con entusiasmo la victoria electoral de 1997.

Después de criticar innecesariamente al actual embajador en Chile y ex gobernador José Octavio Bordón, Balter pasó factura -dura- por la ausencia del PD en los últimos comicios, pero dijo que se hizo para evitar "cuatro años más de depredación" luego de "ocho años de latrocinio".

Después de varios agradecimientos, fue durísimo con el kirchnerismo. "Fueron doce años de la mayor corrupción de la Argentina" anunció Balter en un Bustelo que aplaudía a rabiar. Y dijo que nos libramos "de ser Venezuela".

Cornejo y Pinedo.

Nunca mencionó a otros socios de Cambiemos más que a Cornejo. Y le prometió respaldo y solidaridad de los demócratas. "Gobernador... Lo vamos a acompañar" prometió. Nunca mencionó al presidente Mauricio Macri, la proa de Cambiemos. Fue raro. Y sólo se refirió al PRO cuando habló de Susana Balbo como "puente" de los demócratas. La diputada nacional y bodeguera es su amiga, y él ha sido su contador por muchos años.

Hay que decir que Balter mantiene los reflejos de gran orador y la potencia discursiva, intactos. Por eso se metió también en algunos vericuetos de la política de entrecasa, apoyando a Cornejo por dar de baja la licitación de la VTV y criticando al fiscal de Estado Fernando Simón por la expulsión de Pedro García de la fiscalía; sin pausa ni tropiezos. 

El titular del PD, ya a mil por hora en su discurso, criticó con fuerza a Cristina Fernández de Kirchner y su regreso judicial y habló de los bolsos de dinero K. "Que nunca más la Argentina retroceda" pidió. "Que nunca más regrese el autoritarismo que nos gobernó". Dijo de Cristina que sufría "un ataque de locura" para "volver al gobierno con su empresa familiar y corrupta".

Y al final Balter dijo "el partido no perdió su identidad" y criticó con una finta "a los que se fueron". ¿Será por los que se marcharon al PRO? "Dirigentes que claudicaron y emigraron con proyectos personales... Que el partido les dio todo y se fueron sin devolver nada" acusó. Cornejo le escuchaba desde atrás con cara de diplomacia. El gobernador sabe que los destinatarios de las críticas de Balter –especialmente De Marchi, aunque no le mencionó- fueron arquitectos centrales de Cambiemos.

No fue un mal acto, salvo por los rastros de egoísmo, que quienes conocen la política mendocina pudieron decodificar. Una pena, porque la política se hace también de pequeños gestos. 

Tal vez los invitados, los dirigentes, los ancianos con bastón y andadores que con dificultad fueron a escuchar al presidente de su partido, merecían un discurso más amplio. Con más coincidencias que diferencias, como dijo Cornejo. Y el gobernador sabe bien los sapos que se ha tragado en la construcción de esta alianza.