En plena movilización de ATE, un automovilista fue vilmente agredido, solo por intentar pasar con su automóvil por donde había protestas. ¿Hasta cuándo?
Otra vez la violencia (y van…)
Otra vez la violencia, nuevamente la sinrazón a la mendocina. Ahora, en el marco de la protesta que llevan adelante los trabajadores agremiados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).
La movida se inició por el incumplimiento de los acuerdos paritarios y del pago en tiempo y forma de los salarios. Sin embargo, todo se desmadró.
Las imágenes no dejan mentir: un automovilista llamado Juan Ignacio Rojo intentaba pasar con su auto Renault 9 por la intersección de las calles 9 de Julio y Colón y fue duramente agredido por quienes allí estaban apostados.
Un pequeño detalle: solo intentaba llegar a la Facultad, donde cursa.
Los manifestantes le patearon el auto y lo golpearon mientras estaba manejando. Rojo se bajó y comenzaron las trompadas, uno contra varios manifestantes. Obviamente, le tocó perder.
Rojo quedó sangrando y le terminaron robando hasta las llaves del auto. “Me pegaron una piña a través de la ventana, yo ahí reaccioné y paré el auto. Después vino un montón de gente a pegarme”, relató a Canal 9 de Mendoza.
Y añadió: “Eran muchos los que estaban agrediéndome y escupiéndome. No me he podido ir porque no me devuelven las lleves del auto, no tengo como irme. Estoy bien, estoy un poco conmocionado pero lo único que quiero es irme, nada más”.
Lo ocurrido lleva a preguntarse: ¿Hasta cuándo seguirán ocurriendo este tipo de incidentes, donde terminan peleando “pobres contra pobres”? ¿A quién le sirve? ¿Cómo se construye desde la violencia?
Los reclamos de ATE son legítimos, desde ya, pero últimamente aparecen sazonados con reacciones violentas que deslegitiman lo mismo que proclaman.
Una verdadera pena, porque finalmente se termina discutiendo sobre las agresiones de marras y no sobre la cuestión de fondo, por la cual se impulsó la protesta de hoy. Si fuera una perinola, no habría dudas del resultado: "Pierden todos".
