Qué piensa el hombre que investiga la corrupción mendocina

Por primera vez, Javier Fernández rompe el silencio y habla los detalles de su trabajo investigando la corrupción. Su opinión sobre De Rosas y la falta de recursos para trabajar.

Qué piensa el hombre que investiga la corrupción mendocina

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Luego de que un oportuno jury dejara fuera de juego a Joaquín de Rosas al frente de la Fiscalía de Estado de Mendoza, Javier Fernández fue designado para ocupar su lugar como “subrogante”.

Su trabajo no tiene la estabilidad que sí ostentaría si estuviera firme en ese cargo, y Fernández lo sabe. Por eso, suele ser cauto a la hora de hablar de su trabajo y escapa de las entrevistas periodísticas.

Mendoza Post habló con él en exclusiva y por primera vez. en la entrevista, Fernández habla de la falta de recursos para poder desempeñar su tarea y explica cómo es escapar de eventuales presiones políticas.

¿Cuál es la filosofía del trabajo de la Fiscalía de Estado?

La Fiscalía de Estado es un órgano que tiene la visión de Alberdi, que terminó de plasmar en la Constitución un concepto del control republicano entre las instituciones. Cómo Irrigación o la DGE, la fiscalía de Estado es “extrapoder”. El control del manejo del recurso hídrico, el control a las instituciones y la educación son los pilares de la Constitución, que es un programa político. Nosotros analizamos desde afuera de la estructura que las acciones de gobierno sean legales, más allá de que consideremos que son convenientes o no.

¿Por qué está tan debilitada hoy la Fiscalía de Estado?

La Fiscalía de Estado debería ser fuerte, pero no lo es porque no tiene un fiscal; yo soy subrogante. No tengo fueros y la lucha se hace dispareja, uno no está amortiguado.

¿Por qué eso no se resuelve de una vez y por todas?

No sé por qué no se resuelve esto, yo de política sé poco. Pero bueno, esto es como usar un auto prestado, lo cuidás más que al tuyo. Es lo que yo debo hacer con mi cargo.

¿Recibe llamados del poder político?

No recibo llamados del poder político. Cuando tuve que decidir cómo enfrentar esta subrogancia sabía que iba a ser largo y sabiendo que no tenía fueros me traté de meter en un circuito interno y fortalecer la fiscalía hacia adentro. Al mismo tiempo, traté de no tener relación con el poder político. No tengo ninguna vinculación, salvo la justa y necesaria. Hay filtros que no se pasan.

¿A quién beneficia que la fiscalía de Estado siga vacante?

La vacancia está a partir de mayo, cuando terminó el jury contra De Rosas, de ahí en más no sé. Hay muchos cargos vacantes, tiene que ver —supongo— con la negociación política de cómo se cubren los cargos.

  La Fiscalía de Estado no es una función opositora al poder político. Al contrario, es un control de calidad para la función política  

Dudo que desconozca que las mafias manejan muchos de los resortes de la política provincial. ¿Cómo se maneja ese escenario? ¿Siente que pelea contra molinos de viento?

Todo depende de si te dan una lanza o no te dan una lanza. En el ambiente político me suelen decir ‘el loco’, porque me gusta salir a pelear contra algunas cosas que están mal, pero una cosa es un loco desarmado y otra cosa es un loco con armas. Los molinos de viento son grandes si no tenés con qué demolerlos. Yo creo que lo fundamental es que alguien ocupe el cargo de fiscal titular para que pueda ejercer el poder pleno de la Fiscalía de Estado. No sé por qué pasa esto, ¡si la Fiscalía de Estado no quiere llevarse puesto al Estado! Y es el Estado el que debe controlar que el sector privado no tome prebendas.

Recién ahora la Fiscalía está reflotando e investigando a empresas privadas, pero nosotros no deberíamos investigar empresas privadas. Deberíamos investigar a las instituciones que contrataron a esas empresas privadas.

Mi trabajo se está haciendo a pulmón porque yo entiendo que la gente de la Fiscalía me apoya y me quiere. Fueron 20 años de trabajar allí con poco presupuesto, sin aire acondicionado, sin auto, sin computadoras, sin edificio propio. Recién hace poco me dieron un auto, el primero desde 1916, cuando se estableció la Fiscalía de Estado.

¿Lo condiciona de alguna manera que le hayan dado ese auto?

No, porque ese auto lo peleamos con uñas y dientes. La fiscalía no solo tenía un déficit de imagen, sino una debilidad estructural.

Visto de afuera, pareciera que al poder Ejecutivo poco le importa la Fiscalía de Estado

No es solo tema del Ejecutivo, sino de la propia Fiscalía, que nunca se encargó de denunciar esto. El año pasado yo planteé que si no me llegaban los elementos iba a ser imposible encargarme de esta institución, afortunadamente a partir de ahí cambiaron ciertas las cosas, como el auto y algunas computadoras. Aún hay un montón de debilidades.

¿Sirvió para algo el informe que hicieron sobre el Casino de Mendoza?

La responsabilidad debe ser civiles penales y políticas. Hay una responsabilidad política, si esa responsabilidad tiene valor o no, no lo sabemos. Nosotros dijimos que había un hecho que podía ser lesivo para el Estado, pero no lo podemos declarar nosotros, solo evidenciarlo. A veces los tiempos políticos son más lentos que los de revisión. Lo peor que podemos hacer es perder la esperanza. Creo que también la gente está cansada de la ineficiencia, de la corrupción y la mediocridad. La gente quiere que uno salga a defender estas cosas.

¿Cómo evalúa la gestión de De Rosas?

(Silencio) Fue muy corta. No me gustaría evaluarla ni a favor ni en contra porque él todavía está sometido a proceso, otro debería evaluarla.

¿Cuál es la diferencia entre su trabajo y el de De Rosas?

Yo trabajo poniendo el mayor empeño y tratar de incentivar a la gente que está conmigo de que se puede hacer algo; de no cobrar el sueldo e irse uno a su casa.

Si finalmente no queda como Fiscal de Estado, ¿a qué se va a dedicar?

Siempre fui abogado, mis vacaciones siempre las he pagado gracias a mi estudio jurídico. Volveré a él, no tengo aspiraciones políticas ni contactos políticos.