Por qué CFK decidió “primerear” a The New Yorker

A sabiendas de que la prestigiosa revista norteamericana publicaría un artículo lesivo para con ella, la presidenta decidió anticiparse. Por qué la tratan de "dictatorial" y “obsesiva”.

Por qué CFK decidió “primerear” a The New Yorker

Por: Mendoza Post

Sorprendió a propios y ajenos Cristina Kirchner cuando este domingo se adelantó a la publicación de un artículo de la revista The New Yorker para el que había sido entrevistada y subió a su página web la versión completa del reportaje.

¿Qué necesidad tenía de hacerlo, si un día más tarde se leería directamente desde ese mismo espacio? Por otro lado, es la primera vez que Cristina hace algo semejante.

La explicación está en el mismísimo espíritu de esa nota: merced a una gestión efectuada por la embajadora argentina ante Estados Unidos, Cecilia Nahón, el sábado a última hora la jefa de Estado recibió el mensaje de que The New Yorker había editado el artículo de tal manera que la pondría en ridículo.

Ello a pesar de que el periodista que la entrevistó, Dexter Filkins, había mostrado palabras de elogio hacia Cristina. Hasta ahí, todo parecía a pedir de boca de la mandataria.

Este lunes, cuando la publicación norteamericana dio a conocer su nota —bajo el título "La muerte de un fiscal"—, los temores de la presidenta se hicieron carne.

"Cristina Kirchner se ha vuelto más dictatorial y, de acuerdo con las denuncias de la prensa, más corrupta", asegura la nota, de poco más de 10.000 palabras.

En el mismo sentido, Filkins recordó: "En los cables confidenciales dados a conocer por WikiLeaks, los diplomáticos norteamericanos señalaron el 'comportamiento agresivo' y su obsesión con la imagen. Según informan, gasta 'miles de dólares por año en las últimas tendencias y en ponerse inyecciones de silicona en la cara y extensiones de pelo para parecer más joven'. Los medios le dieron el sobrenombre de 'Reina del botox'. La propia Cristina Kirchner a veces sigue el juego, diciéndole a los periodistas: 'Yo ya nací maquillada'".

En el mismo artículo, Filkins reveló lo que sucedió minutos antes de que las cámaras fueran prendidas: con "un vestido de volados y un pesado maquillaje", la mandataria ingresó al salón de la Quinta de Olivos que había sido convertido en un estudio de televisión para la entrevista. Dos docenas de asistentes daban por el lugar. Luego, según el relato, Cristina Kirchner se acercó para peinarlo: "Antes de que la entrevista comenzase, ella se inclinó para arreglarme el pelo. '¿Hay alguna chica que pueda ayudarlo?' –preguntó– 'Queremos que salgas lindo'". Unos segundos después, ella empezó a alizarse el suyo: "'Quiero arreglarme un poco', dijo. 'Perdoname, además de Presidenta soy una mujer: el vestido, la imagen...'".

Luego, cuando las cámaras se prendieron, Cristina "se puso seria y ridiculizó las acusaciones" de Nisman.