Fue asaltado y asegura: "La Quinta es una zona liberada"

El dueño de un local comercial mendocino que fue robado cinco veces manifiesta una ola delictiva a toda hora del día. Denuncia impunidad e incluso complicidad.

Fue asaltado y asegura: "La Quinta es una zona liberada"

Por: Mendoza Post

Jorge Galea tiene un local de comida delicatessen en plena Quinta Sección. El miércoles en la mañana sufrió el segundo robo en lo que va de mayo. Según sus palabras, el distrito se ha convertido en una "zona liberada" para la delincuencia. 

"Ya me han robado cinco veces en seis años. En el último mes, fueron dos. Es una de las zonas más calientes de la Quinta Sección. No hay una cámara en un kilómetro a la redonda.", contó indignado.

El último hecho delictivo que vivieron tanto clientes y como empleados de Nuevo Almacén se produjo alrededor de las 11, cuando dos motochorros ingresaron al local y amenazaron a punta de pistola al cajero para que les dieran dinero.

El joven entregó el poco efectivo que tenia a su alcance y como no conformó a los asaltantes, lo llevaron (todavía apuntado) hacia la parte de atrás del local para buscar más billetes. Luego se fueron del lugar con el botín.

Galea confirmó como es la mecánica que utilizan los delincuentes: "La modalidad acá la del motochorro: bajan dos tipos con los cascos puestos y en 25 segundos te desvalijan".

La secuencia: motochorro ingresa al local.

El delincuente se dirige a la caja.

El momento justo del robo.

La Quinta: una zona liberada

El negocio se encuentra en la esquina de Martín Zapata y J. Rodriguez, de Ciudad, las dos calles favoritas por los delincuentes, según Galea. 

El lugar es bastante transitado, en parte debido a la Iglesia y Colegio Corazón de Maria que se encuentra a escasos metros del local y a los demás comercios aledaños.

Aun así, Galea denuncia una ola delictiva que no deja nada a su paso: "Nadie se salva. Incluso roban los domingos cuando la gente sale de misa o cuando retiran a los chicos de la escuela. Arrastran a las mujeres para robarle la cartera."  

Jorge es claro: "Todos los comercios han sido afectados".    

No sólo los comercios y los transéuntes son víctimas de la delincuencia reinante en la zona, también existe otra modalidad que es el robo de las cubiertas de los autos que están estacionados en las calles.

"El sábado pasado robaron cuatro autos. A mi me tocó hace un tiempo. Los chorros se llevan las cubiertas y dejan a los autos apoyados con ladrillos. Los horarios más complicados son de 11 a 13 y de 19 a 21", relató el comerciante sin creer que sucedan estos hechos a plena luz del día.

La (in)seguridad reinante

"Realmente yo creo que es una zona liberada, porque el nivel de robo y la impunidad es terrible. A todos nos han robado." De esta manera, el dueño del comercio varias veces robado califica a la situación que vive tanto él como los vecinos. 

Al consultarle por la presencia policial, tristemente admite que es escasa. "Pasan los preventores una vez por día y la policía una vez por semana. Cuando ocurre un robo, llegan y están durante una o dos semanas hasta que no vienen mas. Están un tiempito, calman los ánimos y después los delincuentes vuelven a robar otra vez", concluye.

"Están las denuncias hechas. Vienen a tomar huellas, les damos las grabaciones y después no pasa nada."  

Para solucionar la situación, Jorge cree que la instalación de una cámara de seguridad ayudaría bastante. "Pedimos una cámara de seguridad y mayor presencia policial. Sino nos vamos a reunir entre los vecinos para pagar por un servicio de seguridad privada, que no es lo que debería, porque para eso el Estado me exige el pago de impuestos". 

El comerciante de 44 años está harto de los frecuentes robos, tanto a su local como a los vecinos de la zona.

¿Complicidad? 

En los seis robos que ya sufrió el local de Galea, nunca hubo heridos ni victimas que lamentar. Igualmente, el comerciante no especula y quiere evitar que suceda una desgracia. "A mi el dinero no me interesa, me importa la integridad de la vida de mis clientes y empleados". 

"¿Yo tengo que pagar un personal de seguridad porque el Estado no me da respuestas?. No es así".

Finalmente, el comerciante contó una anécdota que deja más dudas que certezas: "Una vez perseguí hasta el Parque a uno que me robó. Lo agarré pero el flaco estacionó frente a un móvil que estaba parado. No le hicieron nada".

El local es frecuentado durante todo el día. Jorge teme por sus clientes y empleados.