Gisela Campos: "Quiero casarme y ser madre"

La conductora de TV más popular de la pantalla mendocina.

Gisela Campos: "Quiero casarme y ser madre"

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

-¿Cuántas horas trabajás por día?

-Ocho o nueve horas… no es tanto…

-Bueno, en los medios… siempre valen por más…

-Ese es el tema. En la TV hay que estar bien, maquillada, el tiempo al aire significa mucho trabajo antes. En la radio, por suerte no…

-¿Vas a la radio hecha una bruja?

-¡No! (risas)

-La pregunta es un poco pelotuda pero hay que hacerla… ¿Sos la Susana mendocina?

-No. Yo la admiro… es una persona que se supo mantener, supo sostener su nombre, cuidarse, y no depender económicamente de nada ni de tener que hacer el ridículo en televisión.

-¿A qué tipo de ridículo te referís?

-A todo esto que hacen las “mediáticas”...

-¿No te gusta?

-No me gusta el “todo vale”. No soy de ese tipo de mediáticas.

-Es cierto… tenés un perfil bajo afuera de la pantalla.

-Sí, e incluso a veces cuando me invitan a eventos, me inhibo… me da un poco de vergüenza.

-¿Te molesta el ramillete de boludos alrededor?

-No es eso… acá la gente no te avasalla… no pasa de “codearse” y mirarte… u otras cosas… pero no ocurre eso de “déjenme que no puedo respirar”.

-¿Por qué no vas a eventos sociales? Se te ve poco…

-Es cierto y no tengo una explicación lógica. A lo mejor, tanta exposición en el canal, lo que busco es algo familiar… qué se yo...

"Tengo ganas de

ser mamá".

-¿Sos mamá?

-Todavía no…

-Lo decís con “carita…”

-¡Tengo ganas de ser mamá!

-¡Me diste el título! “Gisela Campos quiere ser madre” Ojo… te van a aparecer “voluntarios” (risas)

-Noooo… el voluntario ya está…

-¿Te casaste?

-No. Vivo en pareja.

-¿A qué se dedica?

-Es médico ginecólogo y obstetra. Lo conocí en el canal. Él hacía una columna en el programa de Marcelo… y por dos años no nos encontramos… hasta que se dio. Él estaba en una situación…

-¿Casado?

-Recién separado…

-¿Viste? Todos somos “recién separados” (risas)

-¡En serio! Y yo también estaba en una situación compleja de resolver. Salimos tres años, estuvimos separados otros tres… y ahora decidimos convivir.

-¿Te gustaría casarte?

-Sí

"La Vendimia me abrió puertas"

-¿Mega fiesta o algo pequeño y reservado?

-Algo chico y familiar, íntimo.

-¿Luna de miel en…?

-Me gustaría Europa, me lo debo. No fui nunca.

-¿Cómo se hace “Gisela Campos” desde que apareciste por primera vez en un medio hasta hoy?

-Fue la Vendimia. Me abrió las puertas.

-La Vendimia le abrió las puertas a muchas, pero vos lograste crecer y permanecer.

-En el camino Dios me ha puesto personas que me han ayudado a crecer, que me decían “tenés madera, hay que pulirte”, como me dijo una vez un jefe.

-¿Ariel Robert? No creo… es un poco amargo… (risas)

-No…

-Ah… alguien que se fue…

-Exacto. Después vinieron otros… y siempre me dieron confianza y me decían “Dale Gisela, que das…” y así aparecían propuestas y proyectos.

"Sos la 'reinita' 

y creen que 

llegás por eso"

-¿Cuál fue tu momento más duro en la TV?

-Al comienzo… en el noticiero…

-¿Estudiaste Comunicación?

-Sí… pero no había terminado… Yo iba a hacer un aporte en “Despierta Mendoza”. Imaginaba que era algo de color, y de repente me dijeron “arrancás el lunes a primera mañana, a las 7:00”. Por suerte fue con Leandro Valdivieso que me ayudó mucho, pobre… Fue como un parto. Y me di cuenta que no estaba hecha para eso y que había chicas mejor preparadas. Sufrí mucho porque yo era la “reinita” que llegaba a un lugar…

-¿Por qué “reinita”?

-Porque es así… sos la “reinita” y creen que estás ahí por eso… Lo consideré lógico… y entendía lo que sentían los demás…

-¿Te importa mucho lo que dicen los colegas?

-Ahora no, pero en su momento sí… y lo sufrí mucho. Yo no iba a robarle el lugar a nadie… pero fue muy duro. Una vez quise renunciar porque sentía que los medios no eran mi mundo y mi madre me dijo “Esas personas que te critican, en tu lugar se quedarían ahí”.

-Marcelo Ortiz y vos son posiblemente las personas más populares de la TV mendocina, pero la pantalla más caliente es la de Canal 9. ¿Cómo se explica…?

-La verdad es que no lo sé… yo en la calle siento el cariño de la gente, el afecto, la popularidad… pero eso después no se traduce en los números. Me gustaría saber qué pasa… La gente te toma como si fueras de su familia… te agarran en el supermercado, te abrazan, te dicen “Gise… vení… una foto…” y eso después no se ve en el rating… Todos buscamos siempre esa explicación. Pero no sabría decirte qué pasa.

-Quienes hacemos periodismo político sabemos muchas cosas de esas que jamás se publican… y entiendo que varias veces has rechazado los “galgos” que personajes de la política te han arrojado… ¿Cómo hacés? ¿No te trae problemas?

-Es fácil. Si no siento, no me va… Y no me va nada. Si estuve con la persona que estuve, fue porque lo sentí. Pero sin sentir, no va… nada de nada. Y nunca me fue la “chapa”. Ni de chica, ni expuesta como estoy ahora ni antes. O cuando era adolescente y alguien me decía “Pero mirá… ¡Tiene auto!” ¿Y a mí qué me importa?

-¿Te interesa la política?

-Me encanta…

-¿Nunca te ofrecieron candidaturas?

-No… nunca… más allá de alguna charla reservada… un poco… pero candidaturas, no.

-Y si te gusta… ¿Por qué no fuiste a un partido político a decir “estoy acá y quiero militar”?

-Porque al estar en los medios, creo que es una cosa, o la otra.

-Es incompatible… 

-Tenés que decidirte por un partido. Yo apoyo al que “hace”. Cuando alguien “hace” me parece que como pueblo lo tenemos que apoyar, y no estar todo el tiempo con la bronca, el resentimiento…

-La famosa brecha… ¿La sufrís?

-¡Sí! Sobre todo cuando ves cómo está el país, el momento social que se vive… Cuando ves la violencia que hay… ese resentimiento… Sufro por ese país que tenemos y que no sabemos el valor que tiene.

-¿Cómo te llevás con Pamela David?

-¡Muy bien! La he tenido en el programa… nos hemos encontrado…

-¿Nunca pensaste en el salto a Buenos Aires? Guadalupe Gómez y Julieta Navarro lo hicieron…

-Sí… en esos tres años en que estuve sola lo pensé… Creo que interiormente no lo sentía. A ver… pensaba que nada me ataba aquí, ni tenía que rendirle cuentas a nadie ni estaba tan grande todavía… Pero algo siempre me empujaba a Mendoza. Pudo ser el miedo… o el “ser mendocino”. Me veía haciendo cosas pero yendo y viniendo. No me imagino radicada en otro lugar.

-Sentado en ese mismo sillón Gabriel Canci dijo que la mujer mendocina no se producía lo suficiente, que estaban en la “cómoda”. ¿Qué opinás de la elegancia o de la falta de ella, en las mujeres mendocinas?

-Pienso que hay mujeres y mujeres…

-No me des una respuesta cómoda… decime realmente qué pensás…

-La mujer mendocina es coqueta. En las más chicas sí veo ese desaliño… más adolescentes… despojadas de toda pantalla… se calzan el jean… la remera, una cola en el pelo y ya está. Pero en mi entorno, mis amigas son todas coquetas.

-¿Cómo ves el trato de los hombres mendocinos? ¿Distantes, sencillos, galantes, pegajosos, qué ves…?

-Un poco de todo…

"Le voy a pedir a Cornejo que cuide a los artistas locales..."

-Otra vez la respuesta cómoda…

-Bueno… es que he visto de todo. Hay personas que son pegajosas… y les decís “así no”. Y otras son demasiado ligth, como que “todo está bien…” No sé… para mí, el mendocino es un “falso tímido”.

-¿Y eso?

-Y… fingen timidez pero debajo hay un lobito.

-Si es por eso… las mujeres son muy parecidas a los hombres…

-Tengo amigos cordobeses que me dicen “ustedes las mendocinas se creen la última Coca Cola en el desierto… son unas histéricas”. Por ahí tenemos ese costado…

-¿Qué hacés en tu tiempo libre?

-Mucha familia y amigos. Me gusta mucho. Ahora voy a buscar a mi sobrino… que lo adoro… mi pareja tiene una hija… Nos queremos mucho.

-¿Cómo ves a Mendoza? ¿Tenemos suficiente arte, cultura?

-Creo que al mendocino le cuesta mucho expresarse y nunca es profeta en su tierra. Acá todo es peor… somos muy criticones… vemos demasiado la quinta pata del gato.

-¿Envidia, hipocresía?

-No sé… pero a veces pasa que hay gente que critica todo el año a un elenco y cuando viene, lo van a ver…

-¿Harías ficción?

-Sí… ahora estoy por hacer algo… una coproducción.

-¿Qué rol hacés?

-Hago de virreina despechada.

-¿En serio? ¿Es autorreferencial?

-¡No!

-Pero hacés de virreina de la Vendimia…

-Sí, despechada… una que se queda con la espina porque no fue elegida reina.

-¿Creés en la Vendimia?

-Sí, mucho.

-¿Qué cambiarías?

-El sistema de elección de la reina. A ver… muchas chicas en Vendimia, como saben que estuve, vienen y preguntan… “¿Gisela esto está arreglado?” y les digo que en mi año, no. Pero pasa… que se empieza a hablar de una reina en la calle, en todos lados, después lo escuchás cuando estás en los días previos… y después es la nueva Reina Nacional de la Vendimia.

-Elegí un vino.

-“El Enemigo”

-¿Te gusta? Tenés que probar el “Gran Enemigo”

-Sí, vi que lo ponés en el “quincho”. Es más, en el último estaba la foto. Mi pareja lo lee siempre.

-¿En serio?

-Sí… no se acuesta hasta que no lo suben…

-Le interesa la política…

-¡Sí, y le divierte! pero no puedo decir nada más.

-¿Qué le pedirías a Alfredo Cornejo?

-Que se respete a los artistas locales… Cuando sos artista y trabajás para el Estado, se sufre, porque demoran muchísimo los pagos. Y es gente que ha trabajado y que muchas veces come de ese ingreso. Cuando viene un artista de Buenos Aires le pagan antes porque de lo contrario no canta. Aunque cobre una fortuna, es una fortuna más. Pero que a un pequeño artista mendocino le demoren un pago un año, no me parece. Por eso a Cornejo, cuando lo vea, le voy a pedir consideración con los artistas mendocinos.