Emma Cunietti y la educación: "Somos Mediocrilandia"

Docente. Investigadora. Formadora de maestros. Ex Directora General de Escuelas 2003-2007.

Emma Cunietti y la educación: "Somos Mediocrilandia"

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

 -¿Mendoza es “burrolandia”?

-No. Mendoza podría tener una educación mucho mejor... el país podría tenerla... pero no es “burrolandia”

-Si cruzamos a la Plaza Independencia vas a ver unos cuántos chicos que apenas pueden expresarse y que manejan cien palabras, o menos... Yo me siento en “burrolandia”

-Esos chicos deberían tener mejor educación. Y si uno dice “burrolandia” piensa que a ellos "no les da", cuando pueden estar para mucho más.

-Cuando digo “Burrolandia” me refiero a que no se les da el contenido y el conocimiento que necesitan, ni ellos lo adquieren... o no les interesa...

-Damos muchos menos de lo que se puede en muchos aspectos. El sistema educativo es el que más lo muestra. Hay cosas exóticas. Con la Copa América, tuve una discusión con unos chicos porque decían “es para mediocres” ser segundos... Estaban enojados con Messi. Y yo les decía “¿Y vos... te enojás con este chico que es la excelencia en el mundo, porque Messi es la excelencia... y qué opinás por ejemplo de tu compañero más estudioso en el aula?” Entonces, este mismo pibe que se enoja con el que estudia más en el aula, dice que es “mediocre” ser segundos...Yo creo que estamos peor que en “Burrolandia”, estamos en “Mediocrilandia”, porque nos conformamos con lo que hay y nos enojamos con el que puede dar más que la media.

-¿Qué contestaban los chicos a ese planteo?

-Abrían la cabeza, miraban el problema desde otro lado. Además, se enojaron con Messi que jugó la final pero Neymar estaba echado, Suárez estaba echado, Arturo Vidal andaba borracho chocando la Ferrari... No se “bancaron” de algún modo la competencia. En cambio Messi se la bancó como un señor, jugó -lo hizo bien- y en la Argentina tenemos la visión mágica... a ver... en Portugal nadie pretendería que Ronaldo sacase Campeón del Mundo a su selección. Sería ridículo. La comparación es que demandamos la excelencia en un ámbito que es el fútbol, y en el aula el rendimiento es malo... o caen en la abulia. Si nosotros como país rindiésemos en Lengua como lo hacemos en el fútbol, ¡estaríamos segundos!

"La escuela 

fue vaciada 

de contenido"

-Sí, pero somos el puesto 59 entre 65 países...

-¡Exacto!

-Una anécdota: hace unos años, estaba en otro medio, y me reuní con autoridades de una universidad para hacer un acuerdo de pasantías. Estaban los jefes de la carrera, que era periodismo, y confesaron que los estudiantes que llegaban del secundario ocupaban casi un año en aprender a expresarse correctamente, y con ayuda de los profesores... ¡Un año! ¡Vocabularios de menos de cien palabras! ¿Por qué pasa eso?

-Sí... o usan el idioma de las redes sociales... “Jajajaa!” “jejejeeeee...” Mirá los muros de Facebook de los chicos. Yo me he puesto a hacerlo y encontrás interjecciones y caritas felices, porque no hallan el modo de expresar una emoción. Y esto pasa porque la escuela se ha vaciado de contenidos. Así como hay un “manual de zonceras argentinas”, hay un “manual de zonceras educativas”. Y por supuesto, cada uno tiene su manual de zonceras. Entonces surgió aquello de que “no importa que se les de tanto contenido a los chicos porque para eso está Internet. Hay que enseñarles a pensar”. El otro día Jaim Echeverry criticó esto, porque entonces antes como el contenido, el conocimiento, estaba en los libros... ¿Tampoco había que enseñarlo?

-Claro, está Google que es “...el bibliotecario de Dios...” como alguien dijo por allí...

-Es cierto. Y se ha olvidado aquello de que a los chicos se le enseña a pensar “pensando cosas...” y no en abstracto. Con lo de “enseñar a pensar” y “enseñar a aprender”, se dejó de lado que se aprende, aprendiendo cosas, incorporando conocimientos y contenidos concretos. Para aprender necesito memoria, concentración y contenidos. Y la escuela ha sufrido un vaciamiento de contenidos muy importante.

-¿Desde cuándo?

-Desde hace muchísimos años, desde la época de “Los bastones largos”. Pero se ha acentuado a partir de los noventa, con aquellos del “hombre ligth”. La Ley Federal le puso el broche. Nosotros tuvimos un sistema educativo muy potente, basado en que desde La Quiaca a Ushuaia todos teníamos la misma educación y el mismo derecho a recibirla. Pero con la descentralización educativa las provincias tomaron una educación para la que no estaban preparadas, ni para su administración. Y los maestros empezaron a ganar en función de lo que cada provincia podía pagar. Eso fue un cambio, y empezó a empobrecerse la homogeneidad del sistema. Después se vació el ministerio de Educación. La felicidad más grande de un ministro es el ministerio sin escuelas.

-Pasaron 20 años de todo eso... Hubo tiempo de una revolución educativa.

-Sólo si querés hacerla. De lo contrario, no hay forma.

-¿Está bien permitir que los chicos tengan errores de ortografía? Los maestros también los tienen.

-No hay que permitirlo. Eso forma parte del “Manual de zonceras” de la educación. “Lo importante es que el chico piense... no importa el resultado, si no el proceso...” Y los resultados dejaron de tener sentido. Con la ortografía dicen “para qué, si los chicos tienen corrector ortográfico”. El respeto a la ortografía le supone al alumno rigor en el pensamiento, le plantea fijación de la memoria, atención... es fundamental...

-Si no le doy trabajo a una persona que me trae un CV con errores de ortografía... ¿Soy prejuicioso?

-No, y mucho menos si es para el trabajo periodístico. Uno ve después los diarios, sobre todo los medios digitales, plenos de errores de ortografía.

-Los chicos de ahora... ¿Van a tener peores trabajos y menos oportunidades que nosotros, que estudiamos en los setenta y ochenta?

-Espero que no... Pero es muy probable que estén peor formados que nosotros. También es cierto que cuando estudiábamos, eran menos los escolarizados.

"Hay que 

dar tareas 

para hacer 

en casa"

-¿Por qué no se les da tarea a los chicos, por ejemplo, los fines de semana?

-Eso es un error. Y los padres tienen que entender que en sus casas tienen que seguir el proceso educativo de los chicos.

-¿Falta compromiso?

-En muchos casos, sí... y sostengo que en la escuela hay que dar tareas, muchas, hay que enseñar y exigir ortografía... Hay mucho para hacer.

-¿Cuál es el mejor sistema de calificación que has vivido? ¿El viejo y querido “me eximo con 7”?

-El mejor es el que entiende todo el mundo, que es el numérico del 1 al 10 y con 7 pasamos... Es el que todos entienden, aunque no es tan importante como el criterio de evaluar que tenga el docente.

-Si mañana el gobernador electo Alfredo Cornejo te dice “Emma quiero una educación moderna y pública” ¿Qué le dirías?

-Lo primero es que tenga docentes y alumnos que vayan a la escuela...

-¡Es una barrera muy baja!

-Sí, pero hoy no pasa... así es que hay que empezar porque en la escuela estén todos los que tienen que estar. La Argentina es el país con mayor ausentismo del mundo. Ese chico tiene que ir a la escuela y aprender. La escuela tiene que dar muchas oportunidades de aprendizaje. Hay que saturarla de oportunidades... que escriban mucho, lean mucho, dibujen mucho, resuelvan problemas, discutan, debatan, que haya mucha actividad.

-Hace unos días publicamos sobre una escuela en Espoo, que es la segunda ciudad de Finlandia, con métodos de trabajo en equipo, solidario, con espacios muy abiertos, lleno de ventanales, sin uniformes, todo muy informal y con altísimos rendimientos... que se ve en las pruebas PISA... ¿Por qué no podemos hacer lo mismo? Acá hay aulas-calabozos... escuelas que son depósitos de chicos... Maestros y chicos ausentes...

-En Finlandia los docentes son menos. Es un país muy chico, son menos los chicos porque hay una población envejecida, y la carrera docente es de las mejor pagas. En Mendoza, un director de secundaria con 20 años de antigüedad gana la mitad que un médico, menos que un enfermero, y menos que un policía ingresante.

-El peor salario del mundo...

-Hubo mucha capacidad de presión de las corporaciones gremiales... como la aplicación del “ítem psicofísico”. Hay un gran desbarajuste. Cuando nosotros estuvimos se fijó un estándar: el sueldo más alto de la docencia tiene que ser igual al mejor sueldo de la Justicia, Salud, o el Ministerio de Economía. Eso hoy no pasa. Y lo otro que ocurre es que como el sistema lo ha permitido, hay montones de docentes haciendo no sé qué trabajos... o en “comisiones”, y no están en el aula. Hay mucha gente a la que se le paga por una función que no cumple.

-¿Por qué tenemos tres docentes por cada cargo frente al aula?

-Tiene que ver con todo este desorden. Es imposible pagarles bien de este modo. Hay un debate pendiente sobre la administración del sistema educativo. Y faltan incentivos. Hay que incentivar al que está frente al aula.

-Hay un festival de licencias y es entendible, porque están frente a grupos de treinta pibes o más, que además no tienen ningún interés en estar en el aula. ¿Cómo se "rema" contra eso?

-Es muy difícil cuando tenés a uno “remando” frente al aula ganando lo mismo que quien no lo está, y que pasa el tiempo haciendo otra cosa... Hay que incentivar al que está frente al aula, porque de otro modo los maestros se desvalorizan. Hace falta una carrera que reconozca al maestro que trabaja más. Hoy, ha colapsado.

-Sigo pensando en los chicos “fierita” de menos de cien palabras... ¿Cómo curamos la educación infartada, metiendo a ese chico otra vez en el aula y que le sirva y le interese y mañana pueda generar riqueza para su familia?

-Hay que incluirlo con oportunidades de aprendizaje en serio. Hay un debate sobre la inclusión que ha colapsado. No existe inclusión sin calidad. Si querés incluirlo dale oportunidades de aprendizaje en serio. Escolarizar no es lo mismo que aprender. Lo increíble es que la Argentina ha hecho lo más difícil, que es generar condiciones económicas como la AUH. Es una gran herramienta, pero el chico tiene que estar en la escuela y aprender, y hay que controlar y conseguir ambas cosas.