Bodegueros panqueques: del agradecimiento a la crítica furiosa

Así fue cómo cambió a través de los años el discurso de los principales bodegueros ante las políticas vitivinícolas y económicas, provinciales y nacionales. Aquí un repaso imperdible.

Bodegueros panqueques: del agradecimiento a la crítica furiosa

Por: Mendoza Post

Del agradecimiento a las críticas feroces. Del "vemos luces amarillas" a una situación terminal. Esta evolución de la crisis vitivinícola quedó plasmada en los mensajes que, en los últimos cinco años, se encargaron de difundir los titulares de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) y de Bodegas de Argentina (BA).

La Coviar organiza todos los años el Desayuno de la Vendimia en el hotel Hyatt. Y BA se encarga del Agasajo de la Vendimia, en distintas bodegas. Ambos eventos, que se realizan antes y después del Carrusel, respectivamente, son los espacios donde se plasman los reclamos bodegueros a las autoridades nacionales y provinciales.

En 2011 el titular de la Coviar era José Molina, quien en su discurso de despedida elogió la decisión presidencial de declarar al vino como bebida nacional. Ese año la propia Cristina Fernández de Kirchner participó del Desayuno, aunque llegó tarde y no pudo escuchar un mensaje donde se destacaron los elogios y faltaron las críticas.

En 2011 CFK participó en el desayuno de la Coviar

Todo cambió durante el Almuerzo de BA. Allí su presidente, Ángel Vespa, planteó las preocupaciones crecientes del sector. "Vemos luces amarillas y algunas rojas", advertía el directivo al referirse al incremento de los costos internos por la inflación y a los problemas para la exportación, por el tipo de cambio.

Un año después, hubo una especie de trueque. Los reproches más fuertes se escucharon en el Hyatt, mientras que en la bodega Finca Agostino de Maipú se notó un tono más conciliador. Lorenzo Capece, titular de la Coviar, mencionó "el presente difícil de muchos productores y bodegueros" y solicitó "suspender o eliminar los gravámenes y aumentar los reintegros de exportación".

Boudou participó de los eventos vendimiales en 2012

Mientras que Vespa agradecía el apoyo del Estado para la integración de pequeños productores a la cadena vitivinícola, aunque también solicitaba "condiciones que estimulen las inversiones, que otorguen un marco de estabilidad y previsibilidad en el tiempo, y que se asocie en el esfuerzo permanente de la competitividad".

En 2013 los discursos fueron tibios, pese a que la crisis ya era más que latente. Si bien Capece pedía mejoras en los tiempos de reintegros de exportación y desgravación de impuestos, fue más contundente en su convocatoria al Gobierno y a la industria para trabajar en conjunto en un plan estratégico que posibilitara "una vitivinicultura en consenso".

En 2013 los discursos fueron más tibios

En esa misma línea, Juan José Canay (presidente de BA) destacaba que "el buen diálogo" con el gobierno provincial y el Instituto Nacional de Vitivinicultura "nos ha permitido lograr muchas cosas".

El año pasado las críticas comenzaron a sentirse con fuerza. La nueva presidenta de Coviar, Hilda Wilhelm de Vairetti, pedía una mejor distribución del negocio en toda la cadena y crear "condiciones de competitividad". En este sentido, manifestó: "No nos sobra ningún productor. Los queremos y los necesitamos a todos y cada uno".

 Wilhelm dio un discurso duro en 2014

En 2014 también aparecieron diferencias entre la Coviar y BA. Mientras Wilhelm exigía la intervención del Estado "como una forma de asegurar una justa y correcta forma de distribuir los ingresos de la vitivinicultura argentina", Canay indicaba que "las intervenciones de los gobiernos en el mercado de uva y vino pueden ayudar en situaciones puntuales, pero si queremos una industria pujante, desarrollada y competitiva no debe depender de la ayuda gubernamental".

Además Canay señalaba que la industria se encontraba "en una meseta" de la que debía salir

Pero lejos de salir, la crisis se agudizó. Wilhelm dijo en el Hyatt que "el precio que recibimos por nuestra uva, el mismo en pesos que hace cuatro años, no nos alcanza para cubrir los costos, lo que nos lleva inexorablemente a la desaparición. Hoy, todas las protestas son válidas. Todas. Tan grave es, que hay daños que ya no podrán ser reparados".

Mientras que Canay fue también durísimo. "Hemos perdido en venta 100 millones de litros y la pérdida de competitividad nos ha llevado a la actual crisis, una de las más serias", comentó.

Tanto la titular de la Coviar como el presidente de BA coincidieron en rechazar subsidios. "Esta noble actividad no imagina, ni pretende depender de subsidios, operativos complejos de dudoso o nulo impacto", opinó Wilhelm. "Eliminar la cultura del subsidio como única herramienta, y reemplazarlo por otras que fomenten la actividad emprendedora y faciliten la inversión productiva", pidió Canay.