La trama detrás de la denuncia contra el fiscal Giunta

Parece una paradoja imposible: un fiscal a cargo de investigar denuncias por violencia de género fue denunciado por su propia esposa… ¡por violencia de género! No hay remate.

La trama involucra a un histórico fiscal de Mendoza, Fernando Giunta, y a una ex periodista de diario Los Andes llamada Cinthia Romina Alvea.

“Recibí una comunicación de una oficina fiscal, que había un fiscal de la oficina de Violencia de Género que estaba siendo denunciado por su esposa, por lo que la Procuración, lo primero en que se preocupó fue en darle todas las garantías a la denunciante”, sintetizó como pudo la coordinadora del Ministerio Público Fiscal, Teresa Day.

No obstante, la historia empieza mucho antes, con las consabidas señales, perceptibles e imperceptibles, esas que suelen aparecer en este tipo de situaciones.

La relación siempre fue conflictiva, complicada desde su origen. Así al menos lo refieren aquellos que han seguido de cerca el devenir de la pareja.

Su matrimonio es reciente, se refrendó en noviembre pasado, en una fiesta a la cual no faltaron los funcionarios de mayor relevancia en Mendoza. Entre otros, fueron de la partida el ministro de Seguridad, Gianni Venier; el juez de la Corte, José Valerio; e incluso el procurador Alejandro Gullé. Ello por parte del novio, Giunta.

Ver además: Fiscal de Violencia de Género fue denunciado por su pareja

Por parte de la novia, estuvieron algunos de sus compañeros de trabajo, incluso aquellos que hicieron de “celestinos” entre uno y otro.

Antes del casamiento se dio una de las primeras señales de lo que vendría. Fue después de que Giunta le pidió a Cinthia que deje de trabajar en Los Andes. Era la condición sine qua non para que se diera el matrimonio.

El fiscal, ahora "licenciado", buscaba algo más que formalizar la pareja: quería alejar a su flamante esposa de aquel a quien celaba. Un ex novio de Cinthia que, según él, la seguía merodeando.

“Lo voy a hacer meter preso por acoso, le voy a mandar a la policía”, le dijo Giunta a su mujer. Ella lo grabó y guardó ese registro, como anticipando lo que ocurriría meses más tarde. Ya venía tolerando duras críticas hacia su familia por parte del fiscal, a quienes incluso no  dejaba entrar a su propia casa, de acuerdo a la denuncia de Cinthia.

A ese audio se le sumó otro, más reciente, luego de que la periodista le anticipara que iba a denunciarlo. “¡Qué me vas a denunciar a mí, negra de mierda!”, le espetó. Volvió a grabarlo y esperó el momento oportuno. También le habría advertido que él "era un fiscal" y que ella no podría denunciarle.

El domingo por la tarde, Cinthia Alvea hizo la denuncia correspondiente. Consiguió además una prohibición de acercamiento de su esposo el fiscal, respecto de su persona.

Por su parte, Giunta decidió optar por el silencio. Jamás atendió los llamados de este diario, ni tampoco los de otros colegas.

Solamente habló con sus amigos y familiares más cercanos. No solo negó los hechos, sino que los relativizó. “Es todo mentira”, sostuvo de manera insistente. Respecto de la familia de Cinthia, arriesgó que hasta pagaba la cuota del auto al padre de ella, su suegro.

En estas horas, Giunta confía, cree que todo pasará y volverá a la normalidad. Ya sorteó una situación complicada en 2010, cuando su entonces colega de Delitos Complejos, Claudia Ríos, solicitó que se le inicie un enjuiciamiento por armar una causa judicial contra un hombre llamado Ricardo Ferreyra.

Todo empezó cuando Giunta le pidió que declare haber sido testigo presencial del asesinato de un adolescente e incluso que acuse a otro joven como el responsable del hecho.

Si bien en un principio Ferreyra accedió al pedido del fiscal, a los pocos días se arrepintió y decidió hacer la denuncia de todo lo ocurrido. De nada sirvió, porque Giunta zafó de la situación. Contó con la inestimable ayuda del ex procurador, Rodolfo González.

Sin embargo, ahora la cuestión es diferente, más complicada. Por lo que pudo saber el Post, no habrá manera de que el fiscal pueda escapar por la tangente, como entonces.

Más allá de la eventual violencia de género, lo que preocupa a los funcionarios del gobierno es el “abuso de poder” en el que habría incurrido Giunta aprovechándose de su cargo. ¿Cómo explicar semejante conducta? ¿Qué explicación podría justificar lo ocurrido?

Parte de ese “abuso” se dejará ver mañana al mediodía, cuando se conozcan las desgrabaciones de los audios registrados por Cinthia.

Será el principio del fin. Y el fin de los principios.