La flamante primera dama del presidente electo, Juliana Awada, es una exitosa empresaria que sacó adelante la empresa textil que lleva su apellido, dándole nuevos paradigmas de diseño y una imagen más juvenil.
En los últimos años estuvo involucrada en un escándalo judicial por tercerizar la elaboración de sus productos en talleres clandestinos con trabajo esclavo, causa de la cual fue sobreseída.
Sin embargo, es una piedra en el zapato de la "hechicera" de Macri, ya que suele ser una de las razones con que el Gobierno -pronta oposición- suele "pegarle" al matrimonio Awada-Macri.
De hecho, fue en 2013 que el programa ultraoficialista, 678, le dedicó uno de sus informes. Esta vez sobre sus tareas de caridad, que detalló contando que donaba eventualmente, retazos.



