El técnico de Boca Juniors echó en malos términos a Pablo Pérez del entrenamiento matutino.
Guillermo Barros Schelotto no toleró que el rústico volante marcara de manera innecesariamente violenta al juvenil Tomás Fernández y le señaló el camino a los vestuarios.
Pérez, abonado a las expulsiones en los partidos oficiales, abandonó el predio Pedro Pompilio con mucho fastidio.
Si bien no trascendió las consecuencias de la decisión del Mellizo, la anécdota quedaría en esta "suspensión", y el futbolista no recibiría un castigo adicional.
Traigan vino que copas sobran. Desde General Villegas, los hermanos Antonini repasan una temporada inolvidable, el rol de la familia y los desafíos que se vienen en la máxima categoría.