Cristina se enoja, pero sigue sin mostrar su título de abogada

Cristina se enoja, pero sigue sin mostrar su título de abogada

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Anoche, Cristina Kirchner sorprendió a propios y ajenos al publicar una carta abierta en la cual asegura que existe una “persecución política” en su contra.

Allí se describe a sí misma como Blancanieves y jura que jamás hizo nada malo: nunca apretó a juez alguno, de ninguna manera impulsó la designación de Sebastián Casanello como magistrado, ni tampoco parece conocer a Lázaro Báez o sus familiares. Todos datos que se refutan solos, por el peso de la evidencia.

Baste mencionar, por caso, que antes de que fuera procesado Báez, se comprobó que hubo más de 40 llamados entre Casanello y Santa Cruz.

En tren de desvaríos varios —valga la cacofonía—, Cristina también se refirió a los señalamientos contra ella por su falta de título de abogada: “(…) Ante las denuncias más inverosímiles, como por ejemplo: la de que no soy abogada, que ya va por el cuarto expediente judicial, el último se inició hace pocos días. Tal vez deba solicitar que el titulo me lo otorgue la facultad de Comodoro Py”.

La ficha de CFK, borroneada

Hay que mencionarle a la expresidenta que, en realidad, solo hubo dos expedientes referidos a su falta de diploma: el primero lo inició quien escribe estas líneas y fue cajoneado —cuando no— por el exjuez Norberto Oyarbide; ello, sin pedir una sola medida de prueba de fondo, claro.

El segundo lo impulsó un exministro de la Corte Suprema de Corrientes, Edmundo Reggi, valiéndose de argumentos irrefutables. Esa causa la tiene hoy Claudio Bonadío.

Le sería muy fácil a Cristina demostrar que sí es abogada, pero no lo hace. Solo tendría que mostrar su analítico, o una foto de graduación. Tan simple como eso.

Sin embargo, ninguna de esas cosas existe: hace 8 años que ofrezco 10 mil dólares por cualquiera de los dos elementos y nadie aún ha logrado ganar el jugoso premio.

Ello sin mencionar que no existe nadie que recuerde haber sido defendido por ella a nivel judicial y que tampoco aparece anotada en ningún colegio público de abogados de lugar alguno de la Argentina.

Y, por si fuera poco, aparece el factor más relevante: su elocuente desconocimiento del derecho, tal cual han señalado juristas de la talla de Daniel Sabsay.

Como este periodista ha dicho en más de una oportunidad, no es un chiste que Cristina no tenga diploma de abogada: primero, porque es un delito penal que se tipifica en el artículo 247 de ese Código; segundo, porque ella juró en Harvard que su fortuna se debía a su trabajo como letrada.

La exjefa de Estado puede enojarse, patalear e incluso insultar a los gritos, pero primero debe demostrar que no es una abogada “trucha”.