Habla uno de los puesteros de El Azufre

Martín Policante es miembro de una de las familias registradas en la zona. Llegó a un acuerdo con los inversores y asegura: "Se puede hermanar el Turismo con la actividad Ganadera, respetándonos unos a otros".

Habla uno de los puesteros de El Azufre

Por: Mendoza Post

Martín Policante nació y creció en el departamento de Malargüe, tiene 39 años y es uno de los integrantes de una de las familias de puesteros que están registradas en la zona de El Azufre, la cual entró en polémica la pasada semana cuando Lucas Ilardo elevó un pedido de informe en el Senado provincial por la cesión de las 12.000 hectáreas para la construcción del centro de ski.

Los puesteros quedaron en el medio de la controversia entre la oposición provincial sobre el proyecto que es apoyado por el Gobierno y también por el intendente de Malargüe, Juan Manuel Ojeda. Fue el propio presidente del bloque del Frente de Todos en el senado mendocino el que apuntó: "¿Por qué 12.000 hectáreas? Esa es la pregunta que nadie puede responder. Yo estoy cuestionando la manera en que lo ha hecho el gobernador. Los puesteros que están en el lugar hace años trabajando y el gobernador de un día para el otro le da las tierras a una empresa creada hace 4 años... y llevan años trabajando".

Fue Policante quien decidió usar sus redes sociales para expresar su sentir y el de su familia, contando toda su historia y su linaje trabajando en el área con el ganado y con otras actividades.

  "Estoy muy molesto por el ruido que se ha generado alrededor de El Azufre, entiendo que se ha armado una movida política porque nadie se ha preocupado por décadas por los títulos de la gente sino más bien todo lo contrario expropiando a los que dignamente trabajamos en la zona desde hace años y ahora vienen a patalear y a querer aprovecharse. No sólo de las Termas del Azufre sino también los terrenos de la veranada", remarcó.  

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El puestero detalló como es la situación en la zona: "Todavía me acuerdo cómo muchos quisieron hacer leña del árbol caído cuando murió mi padre robándome y buscando estafarme pero yo nunca caí... 'lo que no te mata te engorda', como decimos por acá. Varios están queriendo aprovecharse de esta situación confusa: no son 14 familias las que poseemos derechos para hacer veranadas sobre los terrenos de El Azufre, somos dos familias: los Cabus y los Policante".

"Es cierto que hay otras familias que hacen veranadas más abajo pero en la zona de El Azufre sólo estamos nosotros. Tenemos un derecho de posesión de esas tierras otorgado por el gobierno de esa época a través del Registro Único de Puesteros en el que estaban registrados mi padre y mi madre", explicó.

El acuerdo

Estas fueron las palabras de Martín Policante con respecto a la situación con los inversores:

"Nosotros hemos llegado a un acuerdo con quienes harán inversiones turísticas para que sigamos trabajando y criando animales en esas tierras. Mis hijos siguen los pasos de sus abuelos y de sus padres para continuar con la actividad de crianza de animales. Que se esté desarrollando un emprendimiento turístico significa crecimiento para nosotros porque mejorarán la comunicación, los caminos y el transporte, algo que para nosotros es fundamental y que de otra manera no lograríamos.

Se han mostrado respetuosos con el medio ambiente cuidando nuestras vegas, el pasto que comen nuestros animales para cada marca y sendero que han abierto para subir. Nuestras veranadas comienzan en octubre (cuando la nieve da lugar al pastoreo) y finalizan en marzo, abril para evitar temporales tempranos, con lo cual no chocamos con los meses en los que funcionaría la actividad turística de alta montaña. Y es parte del acuerdo y del desarrollo que nosotros vamos a seguir subiendo a hacer nuestras veranadas.

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Tiene que quedar claro que se puede hermanar el Turismo con la actividad Ganadera, respetándonos unos a otros... estamos de la mano tirando para el mismo lado. Aún recuerdo cuando los muchachos que trabajaban en el domo instalado para hacer estudios en El Azufre asistieron a un compañero que había sufrido heridas en una caída y que sin su asistencia podría haber perdido la vida. Ese simple hecho me hace pensar que es un gran momento para crecer.

Creo en Dios y soy parte de una familia de fe, sabemos que se viene un desarrollo para la región que nos hará más grandes y que contribuirá al crecimiento de la región de manera sostenible, cuidando nuestras raíces y costumbres".


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